viernes, 11 de julio de 2008

Una librería

Encuentro los tres volúmenes de The complete Calvin and Hobbes a 1,800 (en Amazon es mucho más barato) en una Gonvill fría y poco agradable, y la Gonvill de repente es feliz y acogedora. Vuelvo al otro polo de mi cabeza y dejo la caja de C&H y camino y encuentro un viejo y querido libro de Theodore Sturgeon: remolinos de paz en la cabeza. Y luego salgo a la calle y, por distraerme, estoy a punto de arrollar a un amabilísimo señor bajito y de barbas blancas.

—Usted disculpe —digo con toda propiedad.
—No, disculpe usted. Buenas tardes —se excusa a su vez.
—Buenas tardes, maestro.

Sonreímos. Él con sorna, yo con respetuosa ironía.

A los dos pasos, mi impuntual sonrojo me alcanza por fin. Y qué, me dice, antes de desvanecerse, ineficaz: a Fernando del Paso puedes considerarlo maestro cuando está admirando los mismos libros que tú.

Saco la cámara, pero no tiene pilas.

Mejor así.

(¡ES TAN VIEJITO!)

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