lunes, 19 de noviembre de 2007

Carcharodon megalodon

Escala: tiburón blanco contra megalodón. Se ve méndigo. Estaba méndigo
La cosa era un animal emparentado con los tiburones, y se da la circunstancia de que parece una especie de hermano mayor, el hermano mayor bruto, del gran tiburón blanco. Las comparaciones, odiosas por lo regular, se vuelven fantásticas con el carcharodon megalodon. Por su mandíbula habría cabido usted con tanta sencillez que el bichito no habría tenido que masticarlo siquiera. Sus dientes son del tamaño de una mano humana. Habría medido entre 15 y 25 metros de longitud. Toda una verdadera bestia.

Luego están los foros de zoología, zoología prehistórica y criptzoología, que apasionan a ociosos cuyas imaginación se pierde en marasmos más allá de lo fantástico, donde lo vulgar aterra a lo fantástico. Y discuten si existe o no actualmente. Y uno piensa: y, si existiera, ¿no sería mejor que no lo conociéramos nunca? El océano ya es bastante oscuro, y nos repele de tan evidente manera, con tan insistente indignación.

Los secretos del universo no merecen nuestra ansiedad pornográfica.

(GRACIAS, SEÑOR, POR NO SITUARNOS EN EL MIOCENO)

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