sábado, 27 de septiembre de 2008

Murió Paul Newman


Hay una diferencia fundamental entre los actores que son famosos y los que son entrañables. Paul Newman es de estos últimos. Para haberlo apreciado hay que haberlo visto alguna vez, hermoso y arrogante, sospechosamente gringo y magnífico en cualquier momento. Debe haber sido un petardo, segurito. Pero tuvo una vida y ojalá que haya hecho en ella lo que quería. Porque la vida se tiene que acabar un día, para los demás y para uno mismo también.

Links: varios: 1, 2, 3, 4, 5 y 6.

Qué fantástica vida.

(+)

viernes, 26 de septiembre de 2008

Posteando, que es gerundio


1. Cayeron tres sospechosos del atentado en Morelia. Yo digo: ¡justicia, gente de la PGR! ¡Justicia, jueces que vayan a encargarse del tema! ¡Justicia, autoridades de Michoacán, de Morelia y federales! ¡Dejen de jugar con la furia y la impotencia y la frustración y el miedo de miles de personas! ¡Alto a las detenciones falsas, al ejercicio de coger chivos expiatorios para tranquilizar las plazas que luego reagitarán narcos y policías! Si esto es un arresto con todas las de la ley, ¡justicia! ¡Hacer su trabajo y hacerlo bien, y restituirnos algo de la confianza que nos quitaron! ¡Justicia, por los ocho muertos, por las decenas de heridos y por los miles de lastimados en su vida diaria! ¡Justicia!

2. Detuvieron a un cuate que hacía manteca con perros robados. Aquí sí yo no tengo nada que decir, salvo: guácala. ¡Justicia para los perritos! ¡Justicia para sus dueños!

Y ya en serio: ¿qué, en este mundo, ni los perros ni la gente común y corriente podemos recibir algo de justicia, de vez en cuando?

Chingau.

(Y JUSTICIA PARA ESTOS SUJETOS, QUE, SI SON CULPABLES, MERECEN QUE LOS DESPELLEJEN Y LUEGO LOS ALIMENTEN CON SUS CUEROS, PERO MERECEN, TAMBIÉN, UN PROCESO PENAL JUSTÍSIMO)

Las locuras de un subtitulador (dos pelis que vi)


1. Remito a un artículo de Sheridan acerca de cómo se hace en México para poner títulos en español a las películas en otros idiomas: en este país, la gente es capaz de traducir "El Jamón Dejado" a Hamlet. Y ya me acostumbré. Pero, incluso así, no me explico la ausencia absoluta de tacto de quien, al subtitular la —por otro lado— insoportable Winter passing la subtituló Las locuras de papá. ¿Pistas? La deliciosa Zooey Deschanel —con esos ojos, habría sido toda una itesiana modelo— es una actriz equis en Nueva York, hija de dos importantísimos escritores: su madre ha muerto recién y con su padre, que vive en Michigan hasta bien lejotes, no se habla ni de loca. Pero le ofrecen dinero por sacarle material epistolar al padre, y va a buscarlo. La cinta, que sería una cosa tipo exploración-nostalgia-relación familiar-búsqueda de identidad-reconciliación-redención-el perdón es bien chido bien haya quien lo parió, no naufraga sino que, en punto a metáforas náuticas, es lo que podríamos llamar un submarino: jamás sale del agua y, cuando lo hace, no sirve para una chingada.


El papá en cuestión es Ed Harris, quien se apunta una peluca de profesor Memelowsky o Christopher Lloyd en Back to the future, y sus locuras consisten en que, destrozado por la muerte de su ex mujer, ha caído en un extravagante encierro tipo Salinger con whisky y violencia antifans, y se ha refugiado en el garaje de su casa, la que cuidan una hermosa inglesa veinteañera sin útero y Will Ferrell en plan Forrest Gump pero sin gracia. Dirige Mark el de Rent. La película es soporífera, pero el subtítulo invita a que a uno la vea, a ver si descubre qué estaba pensando el imbécil del subtitulador.

2. También vi el Satiricón de Fellini. Me habría gustado verlo entero, pero tengo unos días muy salvajitos en rutinas. Opino que prefiero al señor don Petronio, pero Fellini también está muy loco. Viva el teatro, carajo.

(MÁS CINE, CINE, CINE, MÁS CINE, POR FAVOR)

Johnny, hasta en la sopa


Hará a Jack Sparrow de nuevo en Los Piratas del Caribe 4. También contribuirá a la Alicia de Tim Burton. Medio mundo lo quiere para hacer al Acertijo. Estará en una animada de Gore Verbinski. Luego será don Quijote en una cinta de Terry Gilliam. Y, además, ¡saldrá en el Llanero Solitario! Pero como Tonto, el indio que acompaña al héroe.


(JAYO, SILVER!)

jueves, 25 de septiembre de 2008

El Canaca se fue al cielo a amarrar angelitos como puercos

El Canaca, héroe de Youtube, pasó a mejor vida. Ya había conseguido sus 15 minutitos warholianos gracias al sistema de videos públicos y por culpa de la repugnante chamba de Televisa Guadalajara en El show de la Barandilla. La verdad es que no es de los grandes-grandes, yo lo llamaría un paladín del panteón, pero se ha ido.



¿Qué será de nosotros cuando se vayan La Tigresa del Oriente, Pedrito Ni Mergas o la Drama prairie dog? ¿O Dulce Sarahí Yo no choqué, me chocaron? ¿O, dios no lo quiera, Delfín Quishpe?

(¡A MÍ NO ME AMARRARON COMO PUERCO!)

Los demócratas tienen precio

En esta foto, tomada de La Jornada, aparece José Luis Castellanos en tercer lugar de izquierda a derecha: el actual gobernador de Jalisco Emilio González, el ex gobernador Francisco Ramírez Acuña, Castellanos y el secretario de Gobierno, Fernando Guzmán
José Luis Castellanos González debe estar pensando en muchas cosas esta noche. O avergonzándose de haber sido otro hombre igual a todos los demás, o festejando con un martini por ser un hombre único entre un montón de burócratas aburridos que no saben lo que es vivir la vida. Durante meses enfrentó a la partidocracia repulsiva que gobierna Jalisco, un estado en donde no mandan ni el gobernador del Partido Acción Nacional (PAN), ni los diputados panistas, ni los representantes o gobernantes de los partidos de oposición, que en realidad son sólo uno: el largamente corrompido Partido Revolucionario Institucional (PRI). Acá mandan dos o tres personas encabezadas por gente como Eduardo Castellanos, presidente del PAN en el estado, y sus aliados políticos, en difícil duelo diario con el gobernador y su grupo.

Durante meses, José Luis Castellanos se pronunció a favor de que el PAN, el PRI y todos los demás partidos dejaran de meter la mano en la dirección del principal órgano en materia electoral del estado, el Instituto Electoral. Como presidente del consejo del Instituto, se opuso a una reforma electoral diseñada por los partidos para aumentar el dinero público que éstos se agencian y para elegir a nuevos consejeros electorales, más fáciles de convencer y menos reticentes a las decisiones que benefician a los partidos por encima de los ciudadanos. Por ejemplo: después de la elección para gobernador en 2006, el PAN y el PRI debían ser sancionados por gastos excesivos en las campañas. No pagarán: se pasaron por el arco del triunfo al Instituto Electoral.

José Luis Castellanos dijo no: los partidos no deben decidir cómo se integra el consejo electoral, porque eso es tanto como permitir que los jugadores escojan al árbitro del juego. Es una condición fundamental de la democracia, dijo Castellanos, que los ciudadanos tengan un consejo electoral independiente y autónomo. Eso dijo, defendió la idea y durante varias semanas alimentó una polémica que consideramos sana para la salud del sistema electoral de Jalisco. Algo sacará de esto, pensamos todos; alguna tajada se llevará de oponerse a los partidos, pensamos. Pero, en el fondo, defiende un fin decente.

Ayer, José Luis Castellanos se rajó. Los partidos negociaron, por varios frentes, con los consejeros electorales, renuentes a dejar sus cargos. José Luis Castellanos aceptó un pago de seis milones de pesos por dejar su puesto como consejero presidente del Instituto Electoral del estado. Se fue y punto. Con eso, la reforma electoral buscada por los partidos procederá. Y sanseacabó el pleitito.

¿Qué dijo Castellanos? Dijo esto:

El avance de una democracia se mide por la fortaleza de la autoridad electoral. Las acciones que a últimas fechas se han dado, tendientes a distraer los trabajos de las autoridades electorales locales en diversas entidades federativas, son una muestra lamentable de la debilidad de nuestra democracia.

Y con eso dejó en claro que él nunca quiso, en realidad, contribuir a la fortaleza de nuestra débil democracia. Con eso dejó en claro que le interesaba poco la fortaleza de la autoridad electoral. Con eso dejó en claro que prefiere llevarse una buena tajada, a cobrar sólo lo que se merecía y defender un discurso con el que muchos estábamos de acuerdo, por más que supiéramos que en algo lo beneficiaría al final: nuestra democracia merece ser fuerte y, para ello, hay que salvarla de las garras sucias de los ambiciosos empresarios de los partidos políticos.

Castellanos dejó el barco. Se fue con su dinero y punto.

¿En quién confiar? Personalmente, los empresarios decentes no acaban de convencerme.

Esta noche sólo sirve para confirmar que, en este país, hoy todavía, los demócratas tienen un precio.

(AL CARAJO CON ÉL, PUES)

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Leave the gun, bring the cannoli


Un bonito articulo en el sitio de CNN sobre El Padrino. Hoy, ¿quién duda de su gigantesca y tremebunda importancia? Yo mismo, niño de los 80, adulto apenas en este siglo, sé que no hay un proyecto cinematográfico mejor logrado en Hollywood y, quizá, ninguno mejor logrado en todo el cine.

Pero eso es mucho decir. Me conformaré con verlo una vez cada dos o tres meses. Por Marlon Brando. Por el genial James Caan. Por Diane Keaton dando cátedra a todas las jóvenes actrices del planeta, muy en la mejor tradición que luego refinarían señoras como Liv Ullman en las cintas de Ingmar Bergman. Por Robert Duvall, maravilloso. Por gente de todos los tamaños y de todos los estilos, derrochando un talento guiado por una dirección sensacional. Por el adorable y magistral John Cazale. Por Al Pacino, depuración cuidadosa de los mejores años de actuación en Hollywood.

Nomás por eso.

(THIS IS MY FAMILY, KAY; IT'S NOT ME)

La memoria me dio un sacudidón

A que no recuerda usted, lectora sorprendida, perplejo lector, Todo cambia cantada por Guadalupe Pineda.

A que no...



(¡¡¡YO SÍ!!!)

Para postear en una noche de tormenta y sueño

1. Hay una nueva campaña nacional para que todos vayamos y nos hagamos pruebas de detección de VIH/Sida. He dicho todos. He dicho vayamos. He dicho nos hagamos. Ahora bien: yo no dispongo de info clara sobre dónde y cuándo y cómo y a qué hora hacerse la prueba, pero lea usted el link que puse y verá que le salen ideas. Y, si le salen más dudas, entonces váyase aquí directito: la página del Coesida Jalisco con muchos domicilios, que es el estado donde yo vivo (lectores de otros puntos del orbe, hacer la tarea, y perdonarme).


2. Hoy, al anunciar que la economía de EU está en crisis grave, Bush ha puesto una de las caras de idiota más tremendas que se le conocen. Y eso es mucho.

3. Esta reseña crítica para Vicky Cristina Barcelona me dejó con unas ganas espectaculares de ver ya la cinta. ¡Don Woody: todos lo queremos!

4. Tolstói, al final, se aburría de lo que hoy más le celebramos. ¿Por qué no me suena raro?

5. Y la otra cosa es la gran crisis del Colisionador de Hadrones. Yo no podía explicarlo mejor que este articulista de Milenio: que se desconchinfló.

(SE DESCONCHINFLAN TOLSTÓI, EL COLISIONADOR, LA ECONOMÍA DE EU, LA JETA DE BUSH... QUE YO ME DESCONCHINFLE, NO ES EXTRAÑO... SE DESCONCHIIINFLAAAA, TODO SE DESCONCHIIIINFLAAAA...)

¿Las mejores atletas del mundo?

SI.com, un servicio de CNN, hizo el listado de las chicas que rifan en el deporte mundial. La mayoría son gringas de impresionantes récord olímpicos, recién conocidas gracias a Pekín 2008. Pero también está una sorprendente e irrebatible líder deportista joven: con sus 26 añitos, su vacunita en el brazo y su swing demoledor, la simpática Lorena Ochoa aparece en este listado. Yo no juego golf, pero, por Lorena, jugaba todo el día.


Me he enterado de esta lista por un post graciosísimo del Boing-Boing: la primera foto del ranking es ésta de Shawn Johnson donde aparecen unos dedos algo inquietantes. Solución al dilema: fotochopeo a lo bruto.

(GRRR!)

Tarde de Joaquín

Porque es real.



(GRACIAS, FLACO)

Palabras textuales

Un clásico en su elección 1089:

"Por favor, necesito urgentemente un diccionario de anónimos y sintónimos".


(DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS)

Malos lectores

Cada tanto aparece la nota acerca de cuán poco leemos en México. La cifra más recientemente difundida sitúa el rango en 2.96 libros al año por cada mexicano. Dos punto noventa y seis.

Yo no me lo creo. Me parecen demasiados. ¿Por qué no se estipula que las escuelas pongan libros obligatorios por cada dos o tres meses? ¿A qué niño no le gsutaría leer La isla del tesoro o La flecha negra o Colmillo Blanco o Lord Jim o El maravilloso viaje de Nils Hölgerson o, caray, La cabaña del tío Tom o Las aventuras de Huckleberry Finn o la Antología de la literatura fantástica de Borges, Bioy y doña Silvina?

Cuando uno, de niño no ha leído esos libros, la verdad, da igual que lea otros veinte libros en el año. Pónganles la Biblia, siquiera, bien leída, libro por libro, capítulo a capítulo. A ver con qué cara se gradúan del sexto de primaria.

(CHINGAU)

Yo no, señor presidente

Mi amiga eleleuta, Dulce Anabel Barrón, de la mismísima Morelia (yo nací allí), envió un forward interesante. Un escritor moreliano, Sergio Monreal (me parece que lo conozco) (es este bato, fotografiado por el periódico donde yo trabajé hace algunos bastantitos añitos), leyó el siguiente texto, unos días después de los atentados de la noche del Grito en mi ciudad. Es pasmosamente claro, y coincido con él en la enorme mayoría de los puntos que toca. También es muy largo para lo que se espera de un post regular en Van Zorn, pero creo, lectora, lector, que vale la pena.

Me lo he encontrado ligado también en Laberinto de cantera, blog de título indiscutiblemente moreliano.

Quiero recordarte, lectora, lector, que Morelia no es una ciudad lejana a donde vives tú. Es tu ciudad, igualmente. Yo te pido que la defiendas, independientemente de que respondas o no al llamado del presidente Felipe Calderón.


Yo no, señor presidente
Morelia Michoacán, México, a 19 de septiembre de 2008.


Atendiendo a la pequeña parte que me corresponde del llamado a la unidad hecho por Felipe Calderón para todos y cada uno de los mexicanos el pasado 16 de septiembre, tras los atentados explosivos en el centro de nuestra ciudad, me permito alzar la palabra desde esta tribuna para declinar la invitación, expresando algunas de las razones que me llevan a ello.

No acudiré a su demanda, señor presidente. Yo no.

Porque en mi colonia hay una vecina que vende ropa usada, y desde hace meses tiene que pagar una cuota más elevada a sus proveedores de mercancía; proveedores nuevos, más exigentes, distintos, que monopolizan el mercado, a los que no se les puede decir no y cuyo nombre parece prohibido pronunciar.

Porque una alumna tiene un amigo, vendedor de cine de arte pirata en el Auditorio (ese monstruoso tianguis donde cada domingo, a espaldas del turismo, hace latir Morelia el corazón de sus verdaderos rostros), que cierto día y sin previo aviso se puso a rematar a diez pesos todas sus existencias, debido a que la concesión de puestos había pasado a ser prebenda de nuevos responsables, señores del quién vende, qué vende y a cuánto asciende la cuota a cubrir por vender. Responsables a los que resulta impensable contradecir si algún aprecio se le tiene a la propia vida.

Porque un antiguo conocido de mi madre, de visita por la capital michoacana hace un par de octubres, le confió que en algunas de las selectas fiestas privadas que coronan el glamour de la noche durante el Festival de Cine, sólo unas cuantas charolas van colmadas de copas de licor.

Porque mis alumnos bachilleres saben que, en caso de que mañana desapareciera la tiendita que a la vuelta de la escuela les oferta metanfetaminas, pasado mañana aparecería otra igual de próxima para sustituirla. Porque se ha vuelto común pagar por protección que no solicitaste. Porque en mi colonia (una de esas nuevas colonias de desecho con las que usted y los de su especie se jactan de volvernos propietarios, y en cuyos interiores el amor debe hacerse en silencio para no despertar a los niños de la casa de junto) hay padres de familia que graban con su celular los pleitos a golpes de sus hijas adolescentes contra compañeras de la secundaria.

Porque no hay habitante de Morelia que no posea al menos un par de anécdotas inmediatas como estas. Porque ello demuestra que el crimen organizado y sus devastadoras secuelas (económicas, sociales y culturales) no son una distante anomalía en cuyo camino los mexicanos de bien pueden tener la mala suerte de atravesarse, sino una cotidiana realidad más que palpable. Porque los sucesos del pasado 15 de septiembre no constituyen ninguna excepción, sino apenas un grotesco, indisimulable punto culminante de lo que aquí hace mucho se convirtió en norma.

Porque ante tales circunstancias, yo, como cualquier ciudadano que no habite Morelia con los ojos cerrados, sé que morir hecho pedazos por una granada también cabe mirarse como una variante piadosa de la atrocidad, pues al menos es breve.

Porque yo, al igual que todos los michoacanos, al igual que todos los mexicanos, me enfrento cotidianamente a la evidencia de que esa guerra que usted dice que le está ganando al crimen organizado, en realidad la está perdiendo. Y sé que si la está perdiendo hasta el punto en que la está perdiendo, sólo puede deberse a dos razones: a que no le interesa ganarla, o a que ganarla significa para usted y para mí dos cosas radicalmente distintas, si no es que definitivamente opuestas.

Porque el hecho de que afecte usted ante cámaras y micrófonos tanta acongojada indignación, tanta severidad consternada, de ninguna manera le impide aprovechar cada nuevo episodio de devastación e infamia para seguir reduciendo, con calculado esmero, la ya de por sí estrecha frontera que su discurso estableció desde el primer momento entre criminalidad y disidencia. Porque sin pudor alguno hace de la desesperación y el miedo instrumentos para caracterizar como delincuente a cuanto ciudadano se atreva a reivindicar su inalienable derecho a la justicia.

Porque la indignación y la rabia no nublan mi juicio hasta el punto de no entender lo que significa que el crimen organizado se haya atrevido a perpetrar un operativo terrorista en la ciudad donde usted nació, a pocas horas de que presidiera el desfile militar donde sería desplegado en privilegiada pasarela mediática el más significativo muestrario de la infraestructura destinada a combatirlo. Porque el hecho en sí mismo, más las secuelas que le han acompañado (La Familia demandando desagravio para el pueblo michoacano y comprometiéndose a proporcionárselo), evidencian la magnitud del poder real que en este momento detentan sus adversarios, a despecho de la hueca estrategia publicitaria que se empecina en presentárnoslos arrinconados, debilitados, socavados y a punto del definitivo derrumbe.

Porque la colombianización de nuestro país no fue nunca la hipótesis de un destino probable, sino el único escenario que el torpe proceder desde el inicio de su gestión podían precipitar. Porque no hacía falta ser politólogo para entender que si el enfrentamiento de primera línea entre el narco y la institucionalidad policiaca terminó por corromper de modo devastador e irreversible a tal institucionalidad (como cotidianamente comprobamos, por más que muden de nombre agencias y corporaciones), y por otorgarle a las organizaciones delictivas una afinada configuración parapoliciaca, la llana militarización del combate al narcotráfico terminaría tanto por minar la relativa impenetrabilidad de las fuerzas armadas en materia de infiltración y corrupción, como por ajustar la infraestructura organizativa, material y humana del crimen organizado en función de sus nuevos oponentes.

Porque la bravucona, monocorde entonación de sus mensajes, en los que demuestra no disponer de otro plan que el incremento de las mismas ineficaces medidas aplicadas hasta ahora, enmascara algo infinitamente más terrible que candidez o impotencia. Enmascara la decisión (suya y del proyecto de país que encabeza) de beneficiarse hasta donde sea posible con el actual estado de cosas, para seguir agudizando el inexorable adelgazamiento de las garantías políticas del ciudadano común, en vicaria invocación de su propio bien; enmascara la brutal imposición del franco autoritarismo, utilizando como coartada el combate contra la inseguridad. Y porque puestos en semejante contexto, siempre quedó perfectamente claro lo que para nosotros iba a significar su aseveración de que iba a usted a perseverar en el camino trazado sin importar las vidas humanas que costara.

Porque un análisis riguroso de nuestra clase política, nuestra institucionalidad y nuestra legalidad empresarial, revelaría hasta qué punto la élite de buenos mexicanos con los que usted me llama a ponerme hombro con hombro, deben su posición a la connivencia, el disimulo, la complicidad o la franca y abierta participación con las “fuerzas del mal”.

Porque mirarlo en sus giras al lado de los gobernadores de Puebla y de Oaxaca, independientemente del acatamiento a las convenciones del hacer político y de la vida republicana, me hacen entender que usted está dispuesto, como mínimo, a otorgarles el beneficio de una duda que ningún ciudadano con elemental sentido de la vergüenza puede consentirse. Y porque, sobre esa base, puedo imaginarme hasta dónde pueden llegar en materia de ilegalidad, barbarie, corrupción y delito, de acuerdo a los intereses creados del caso, tanto el beneficio de sus dudas como los costos de su obcecación.

Porque en manos suyas, palabras como Nación, República, Soberanía, Independencia, Democracia y Estado de Derecho dejan de ser términos con significación precisa, valor propio y fin en sí mismos, para convertirse en mero aderezo retórico, al servicio de una tendencia que, erigiendo el beneficio particular de unos cuantos como supremo rasero del sentido público, lo que hace es atentar por principio contra ellos.

Porque hoy por hoy, la institucionalidad en torno a la cual nos invita usted a agruparnos para hacer frente común, de ninguna manera representa los intereses ni del pueblo ni de la nación mexicanos.

Porque los argumentos que utilizara usted en su discurso del pasado miércoles (privilegio de intereses particulares o de grupo por encima del supremo interés de la Nación), para tipificar en confusa y tendenciosa urdimbre como traidores a la patria tanto a los miembros del crimen organizado como a cuantos en materia económica, social y política no piensan como usted, le vienen a la medida apenas se desentraña su cotidiano proceder como titular del ejecutivo federal, sus labores proselitistas para ofrecer al mejor postor los bienes y recursos del país, su empecinamiento por sacar adelante unas reformas estructurales encaminadas a canjear las garantías y conquistas del pueblo trabajador por oportunidades otorgadas a modo de dádiva por un orden empresarial voraz e inescrupuloso.

Porque usted quiere hacernos creer que la lucha debe ser contra el crimen organizado, y yo sé que la lucha es contra un México del que el crimen organizado y usted mismo no son sino facetas parciales.

Porque la ideología, en tanto definición reflexiva y crítica de nuestro ser en el mundo, no puede despacharse como una prescindible camiseta que uno se quita o se pone de acuerdo con esta o aquella coyuntura, sino que constituye la medida justa de las realidades posibles con que estamos dispuestos a comprometernos. Porque la política, en tanto construcción soberana de los lineamientos generales de nuestro espacio público, no refiere a ningún medio discrecional encaminado a la obtención de determinados beneficios particulares, sino a la acción que define y valida nuestra posición ante la historia.

Porque, dicho y precisado lo anterior, entro íntegramente en el grupo, tan censurable según sus palabras, de los que por razones ideológicas y políticas no están dispuestos a sumarse a esa lucha de usted y de quienes, compartiendo su envilecido horizonte ideológico y su mezquina concepción del hacer político, junto a usted luchan.

Porque cuando sus discursos pretenden reducir el crimen organizado a mero síntoma, no lo hacen por inocencia, ni por ignorancia ni por equivocación. Lo hacen porque forma usted parte de la misma enfermedad.



Por eso alzo la voz. Y desde esta tribuna manifiesto:

Yo no, señor presidente.

Yo no, señor gobernador.

Yo no, señor presidente municipal

Yo no, señores diputados.

Yo no, señores funcionarios.

Yo no, señores de los partidos políticos.

Yo no, señores del Consejo Coordinador Empresarial, de la Coparmex y de la Canacintra.

Yo no, señores de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Yo no, señores intelectuales.

Yo no, señores dueños de los monopolios informativos estatales y nacionales.

Yo no, a todos aquellos que junto a los arriba mencionados decidan firmar.

Conmigo no cuenten.


Atte.

C. Sergio J. Monreal


* Leído la noche del 19 de septiembre en la Escuela de Letras de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, durante la presentación del libro Las raíces del aire.

(¡NO TENGAS MIEDO!)

martes, 23 de septiembre de 2008

Vienen los Stone Temple Pilots

No los sigo. Me gustaban, como me gustaba el paquete de grupos alternativos en los noventa. Y recuerdo muy especialmente

Interstate love song



Plush



y la muy tristita, muy tristita Creep




(NO ERAN NIRVANA NI PEARL JAM, PERO ES JUSTO DECIR QUE TENÍAN LO SUYO)

Postear es un buen hábito: es mejor que fumar, comerse las uñas o hacerlo sin protección

1. Gael se siente triste por lo de Morelia. Pues qué bueno que lo dice: todos estamos igual, joven Gael, y que usted le recuerde a la gente que es bueno unirnos en la sensación colectiva me da bastante gusto.

2. Este señor escribe poesía. Me encontré con él por accidente, como todo en la red: le ha hecho un soneto a Joaquín que nada mal le viene. Qué bueno.


3. De esta maravillosa imagen, sin embargo, no he podido encontrar el post original. Pero la imagen es maravillosa. En el nombre del archivo dice, para mayor claridad: "Aplastamiento por elefante". Supongo que será un método de ejecución. Lástima: los elefantes nos merecen un poquito más de respeto y eso de que los compremos de verdugos no hace sino revelar nuestra repugnante facilidad por lo cruel. Mira tú: yo pensé que saldría de un libro de Rudyard Kipling o algo así.

4. En otro post del blog anterior, Desconectarse, una japonesa que vivía en un armario ajeno. Vieja jija.

(RENUNCIO: YA NO QUIERO TRABAJAR)

Dicho para animar a la gente del teatro y para animar mi pedagogía del teatro

Nunca hay poco espacio para el teatro: tu cuerpo es todo el espacio que necesitas.

(CASI QUIERO LLORAR)

Rafa

Rafa Garzaniti es uno de los profes de actuación que más feliz pueden hacer a un estudiante de actuación de mi tipo: novato, ingenuo, arrogante, altanero, pedante y bien necesitado de un sacudidón a las estructuras de todo tipo.

Por eso quiero a Rafa Garzaniti, mi profe.

Y está en Guadalajara dando ¡comedia del arte!

(YIJAJAY!)

Vuelvo a trabajar y ¿qué me encuentro?


A una elefanta muerta después de un momento de locura (¡eleleu!, ¿irían acosándola los tábanos?).

(POBRECITA)