viernes, 11 de febrero de 2011

Gente que lee en el Tren Ligero a las 12:24 horas del 10 de febrero aunque el Tren apenas va llegando

Arrebatos carnales, el primero de Francisco Martín Moreno.


Era un libro de matemáticas o álgebra o algo así. No debía ser muy interesante, porque el chico advirtió que lo había fotografiado, pese a mi, por otro lado, proverbial discreción.


El testamento maya, de un tal Steve Alten. De acuerdo con este chico, el mejor puesto para leer en el tren es pegadito a la puerta.



(JURO QUE NO QUIERO MOLESTAR A NADIE)

Gente que lee en el Tren Ligero a las 8:30 am del jueves 10 de febrero: ¡cinco en el mismo vagón!

Era un libro de Editores Mexicanos Unidos que prometía acercar al lector, al menos eso ofrecía la cuarta de forros, a un clásico indispensable para la civilización occidental. Como no fuera el Mío Cid, no les creo, porque era muy delgado para tratarse del Quijote. ¿El buscón don Pablos? El caso es que el señor se embebió en su libro en desprecio del Esto, que parecía interesante y que llevaba en las piernas.


El título decía Gandhi, pero no alcancé a detectar nada más. Parecía una biografía escolar, y seguro que tenía ilustraciones, pero no vi, no lo vi. La señora lo metió en una de esas bolsas mágicas de señoras donde desaparecen lo mismo un lápiz labial que un sofá cama.


El joven señor llamaba la atención de todos los viajeros por obvias razones. Leía un manual francés-español-francés con un nombre hermoso: Le mot pour dire, que vendría a ser "La palabra para decir". Ojalá que aprenda mucho y le sobren palabras para decir.


El señor se dio cuenta de que estaba mirándolo y no sé si lo atribuyó a que me interesó su bonita bufanda verde o a que yo era un entrometido odioso. Luego decidió concentrarse en el libro. Las mujeres del alba, de Carlos Montemayor. No me enteré hasta que nos bajamos del tren, en Periférico Sur; veníamos juntos desde Juárez. Fue un viaje largo.


Cujo, de Stephen King, con auténtico placer. Al menos eso parecía. ¿Leer Cujo a las 8:30 am no es como beber whisky en el desayuno?



(O SEA, ¿CUJO?)

Post 2,201

No sé bien qué hacer con este blog. Sé que estoy contento por haber encontrado un espacio para mi más reciente manía, la compulsiva serie fotográfica Gente que lee en el transporte, que es, como todas mis compulsiones, un compulso pulso. Ja.

Pero lo he llevado ya hasta el remoto e increíble post 2,201.

Sospecho que seguiré adelante.

No sé qué hacer. No sé bien qué hacer, al menos.

Seguiremos informando.

(ESO CREO)

jueves, 10 de febrero de 2011

Gato contra hombre


El sensacional blog Catversusman me hace pensar si la vida no será más fácil para alguien sin afición por los gatos.

(POS MIAU)

Gente que lee en el transporte

Ella lee Los cuatro acuerdos, del doctor Miguel Ruiz. Él lee un libro que se llamaba Beginning Python. From novice to professional. Tren Ligero, 8 de febrero a las 8:50 am.


Él iba leyendo un libro que tenía un capítulo llamado Jax-RPC, era el capítulo 2, nunca supe de qué se trataba. ¿Software, programación, algo así? Tren Ligero, 8 de febrero a las 8:50 am.


Los días de Tláloc, de Augusto Orea Marín. 8 de febrero a las 8:50 am, Tren Ligero. El joven lector se veía emocionadísimo.


Cumbres borrascosas, de Emily Brontë, en una edición de TM. 9 de febrero a las 2:35 pm, Trolebús.



CUMBRES BORRASCOSAS!

domingo, 6 de febrero de 2011

Gente que lee en espacios públicos, digamos

Un libro de hermosa portada guinda con tipografía en color plata sobre Juan Pablo II o con textos suyos. 31 de enero, 13:30 horas, Tren Ligero.


Seguí a la chica pero no pude saber qué libro sobre la Decena Trágica estaba leyendo; distinguí palabras como Félix Díaz y La Ciudadela, de allí mi deducción. Tren Ligero, 4:40 pm, 4 de febrero.


La fórmula de Dios, Jose Rodriguez dos Santos. 4 de febrero a las 4:40 pm, Tren Ligero. El cuate estaba entradísimo en la lectura.


Un libro de historia mexicana que anduvo repartiendo la SEP, creo que por ahí lo tengo. Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, centro de Guadalajara, antes de las 5:00 pm del 4 de febrero.


Maten al león, Jorge Ibargüengoitia. 6 de febrero, seis de la tarde, colonia Americana, Guadalajara.



(QUÉ BONITO)