sábado, 18 de julio de 2009

Uno de esos blogs que luego dices: "¿Y yo por qué no lo leía de antes?"

Se llama Notas desde la fila siete y, como su nombre indica, se dedica a la crítica de teatro.

Es decir: babeo de gusto porque sé que tengo algo más para leer esta noche.

(JA)

viernes, 17 de julio de 2009

Y otra más

En su columna de hoy, Myriam Vidriales recuerda que no es lo mismo ser bien puta y bien degenerada que tener, un mal día, que pensar: "Chingado, me violaron y estoy embarazada y, si aborto, me van a meter al bote". Si a usted esto le hace un poquito de sentido, ¡dígale no al blindaje antiaborto promovido por el gobierno panista de Jalisco!

(EMILIO: ¡LA TUYA!)

Dos cosas, una más interesante que la otra

1. 20 consejos de limpieza que todo soltero debe dominar. Cortesía de la Profeco.

2. La columna de teatro Danza macabra de Público de este viernes 17. Cortesía mía, que la escribo y firmo.

(VA, PUES)

Naranjo en flor

"Acobardado como un pájaro sin luz". "Dolor de vieja arboleda". "Y, al fin, andar sin pensamiento". Cuando los cursis reputan las múltiples virtudes del tango —esa música que tan poco respeto le merecía en su tiempo al viejo Jardiel—, pasan por alto que casi siempre "Naranjo en flor" se queda fuera de sus categorías. No es cursi, no es tristísima como un día de luto en Alcohólicos Anónimos, no es zopenca como una cupletista con desengaño amoroso. Es dulce y es cruda, pero tiene más el aire de una confesión religiosa —como cuando le explicas a tus padres que, sí, otra vez estás soltero— que el aire de ese festival de quejas en el que caen todos los borrachos, los desempleados y los majaderos alguna vez, y que evoca, antes que un poema acerca de la decepción, a un concierto de gatos callejeros que chillan porque se disputan los favores de una hembra, que los mira, con su peluda panza y el aburrimiento de una diva, desde una esquina de la azotea. Lo que quiero decir es que tú los escuchas desde la ventana de tu casa, "¡Quién callara a esos animales!", mientras se enojan y alcanzan voces de pecho que son más bien gruñonas que armoniosas, regando los rastros de su saliva por todo el piso, apuntando las uñas hacia cualquier lado; "se van a arruinar la garganta", piensas, y te preguntas si no sería sensato, como en el cliché, tirarles un buen zapatazo. Y algo parecido ocurre con los gatos.

De todas las versiones que he escuchado de "Naranjo en flor", sin embargo, me gusta más la de uno de los campeones de lo cursi en argentino, mi adorado Juan Carlos Baglietto. Qué le vamos a hacer, si yo soy cursi, pero este tango no. Y en Youtube acabo de localizar una bonita versión en la que canta Baglietto, mira tú nada más, con el mismísimo Virgilio Expósito, autor de la música original.



Homero Expósito, el poeta y autor de la letra, era hermano de Virgilio; Homero murió en 1987; Virgilio, diez años después. Aquí hay un buen artículo acerca de Virgilio y aquí hay una ficha biográfica, con una interesante cita del propio señor:

«En el tango se diferencian dos épocas: una de formación y otra de deformación. Aquí comienza mi teoría. En la primera los De Caro, Maffia, Contursi, Manzi, fueron construyendo un altar, piedra por piedra, fue todo un proceso de enriquecimiento, una cultura de la canción que el pueblo conocía y también entendía. Hasta allí la cosa tenía un ordenamiento lógico. Las disciplinas estaban sometidas a los sabedores y el director era el director y el arreglador el arreglador. Después viene la otra época. Es cuando el cantor de tangos se convierte en vedette y comienza a pasar encima de los músicos, de las letras, del director y de todo. Aureolado y aturdido por su propia imagen, como Narciso, reniega de la poesía, deja de someterse, inventa poses, asume un papel de “machieta” y canta para él, no para la canción creada. De esta deformación se salvan pocos, uno es Edmundo Rivero».


Ésta es la la hermosa letra de "Naranjo en flor":

Era más blanda que el agua, que el agua blanda. Era más fresca que el río, naranjo en flor. Y en esa calle de estío, calle perdida, dejó un pedazo de vida y se marchó.

Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y, al fin, andar sin pensamiento. Perfume de naranjo en flor, promesas vanas de un amor que se escaparon en el viento. Después, ¿qué importa del después? Toda mi vida es el ayer que me detiene en el pasado. Eterna y vieja juventud que me ha dejado acobardado, como un pájaro sin luz.

¿Qué le habrán hecho mis manos? ¿Qué le habrán hecho para dejarme en el pecho tanto dolor? Dolor de vieja arboleda, canción de esquina, con un pedazo de vida, naranjo en flor.


(SUFRIR, YA; AMAR, YA; PARTIR, SUPONGO QUE YA; Y AHORA, ¿ANDO SIN PENSAMIENTO...? INTERESANTE...)

martes, 14 de julio de 2009

Cosas que he ido leyendo

En el Babelia más reciente:

1. Una nota sobre la reedición de un libro de Christine Arnothy que suena tremendo. ¿Alguien ha osado pensar de nuevo en "Una guerra no nos vendría mal" o estupideces del tipo "Hay que hacer la revolución"? Las guerras son todas así, so pollinos:

"Desde el primer momento comprendimos que lo que pasaba era muy diferente de lo que habíamos esperado. Todo, en adelante, sería una larga pesadilla construida a base de atrocidades".


2. Este texto de Emiliano Monge en El País no me gusta, pero está bonito. Yo diría: escribo por las mañanas, si el niño me lo permite; por las tardes, cuando estoy dando clases...

3. Malkovich Malkovich y la obra que estrena en España, acerca de un famoso asesino serial austriaco:

Unterweger era un psicópata, pero hubo quien dijo que había que dejarlo libre porque tomó cursos de escritura. Aunque nunca fue buen escritor. Era una patata caliente entre la izquierda y la derecha. Imagina que alguien te dice que los árboles delante de tu casa están enfermos. La izquierda dice: hay que alimentarlos, darles agua. Y la derecha dice: hay que arrancarlos para que no contagien a los demás. Yo en cambio me pregunto por qué ha venido una persona a contarme que las plantas están enfermas.

(COOL)

lunes, 13 de julio de 2009

Verde, que te quiero verde

Y se tiñeron los campos verdes de la primavera cuando la nación entera cabalgó sobre tu llanto, ay: tú, poeta y, ellos, tantos.



(BUÁÁÁÁ, PATXI!)