Primero: descubrí que El Espectador tiene un menú surtidito de cosas en Cultura. Nada mal. Como un sitio de columnas a modo de blogs —cómo me gusta esa fórmula—. Hay uno que se llama El Magazín, y que fue su forma de recuperar un suplemento de esos que, supongo, ya no han de financiarse tan fácilmente. Y, aunque ahora mismo no parece estar publicando nada, Héctor Abad Faciolince está entre las plumas invitadas al periódico y tiene textos tan buenos como éste sobre su viaje a la casa de Bertrand Russell y este otro, Godos y liberales ortográficos, que resume de un par de plumazos la posición conservadora de quienes nos sentíamos liberales. Su artículo o post es hermoso, simpático y contundente: invita a la discusión de manera tan amistosa, que es imposible pelear contra sus argumentos. "Bueeeeno, si usted lo pone asíííí...".
Además de Abad, leí a varios blogueros o columnistas que me gustaron mucho: muy recomendable es el de la joven Laura García, cuyo blog, El último pasillo, es interesantísimo, y tiene ese plus de lucidez que impone a un colombiano vivir en otro país, Chile, en su caso.
(Y SIGO LEYENDO)
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