miércoles, 18 de septiembre de 2013

Nota

Peatones del Centro tapatío transgreden los semáforos
Pese a que hay semáforos especiales adaptados incluso con señales auditivos, muchos tapatíos de a pie deciden ignorar la señal y contribuyen a los problemas del tráfico vehicular

La prudencia dicta cruzar la calle cuando el semáforo está en verde, pero en el Centro Histórico de Guadalajara la prudencia es elástica como una liga: cuando el semáforo se pone en rojo los peatones siguen atravesando calles que en horas pico pueden ser más que peligrosas, como las avenidas Hidalgo, Juárez y 16 de Septiembre-Alcalde.

Pese a los semáforos especiales, adaptados además con mecanismo auditivo para personas invidentes, los peatones del Centro han tomado como hábito el de ignorar los primeros segundos de la luz roja y cruzar en medio de los autos, aprovechando que el tráfico es lento, pero con riesgo de verse golpeados por los vehículos cuyos conductores ya tienen permiso de pasar.

La escena se repite cada 60 o 90 segundos en algunos de los cruces más transitados de la ciudad: ocurre en 16 de Septiembre e Hidalgo, frente a Catedral y el Palacio Municipal, igual que afuera del Mercado Corona, en Hidalgo y Santa Mónica. La persistencia de los peatones impunes es tal que consiguen alentar el tráfico vehicular, y los conductores de carros prefieren detenerse para no arriesgar un accidente en el que, además, suponen que ellos serán considerados responsables.

Un agente vial que coordina el paso vehicular en el cruce de 16 de Septiembre y Morelos subraya que el problema de la cultura vial en la ciudad implica “bastante responsabilidad” de parte de los peatones: “Muchos ni se fijan, se cruzan como están; otros ya sabes que ven la luz roja y no les importa, pero igual es peligroso por los camiones”.

La nueva Ley de Movilidad de Jalisco advierte que los peatones tienen derechos, pero también obligaciones y responsabilidades. Los reglamentos de esta nueva normatividad, sin embargo, todavía no están publicados en su totalidad.


Iván González Vega

(nota escrita con fines escolares; NO utilizar para efectos periodísticos)

Reglamento de la Ley de Vialidad de Jalisco

El Reglamento de la Ley de los Servicios de Vialidad, Tránsito y Transporte del Estado de Jalisco replica el espíritu de esa ley y de la Ley de Movilidad del Estado, que está en proceso de entrar en vigencia (concluirá en noviembre de 2013 cuando se hayan creado los reglamentos necesarios): el peatón es un actor central de la movilidad urbana y buena parte de las disposiciones legales de Jalisco están orientadas a protegerlo.

La Ley de Movilidad sí habla de la necesidad de establecer las obligaciones y responsabilidades de los peatones. Sin embargo, el Reglamento no establece sanción de ningún tipo para los peatones; solamente enlista en qué casos tiene preferencia de cruce en una calle, incluyendo una excepción para el uso del semáforo.

Artículo 2, fracción XXI
“Peatón: persona que transita en la vía pública sin vehículo”.



La buena noticia es que la Ley de Movilidad ya tiene mayor precisión al respecto:
Artículo 10. Las personas con discapacidad, mujeres embarazadas y los peatones no deberán transitar por las superficies de rodamiento de las vías públicas destinadas a la circulación vehicular, ni cruzar las vías rápidas por lugares no autorizados al efecto.

Los peatones deberán cruzar las vías reguladas por semáforo:

I. Cuando tengan semáforo con luz verde habilitante;

II. Si sólo existe semáforo vehicular y el mismo dé paso a los vehículos que circulan en su misma dirección, sólo cuando se encuentren en alto total;

III. No teniendo semáforo a la vista, deberá cruzar cuando esté totalmente detenido el tránsito vehicular; y

IV. No deberá cruzar con luz roja o amarilla.


La mala noticia es que los reglamentos específicos para la Ley de Movilidad todavía no están publicados.

viernes, 31 de mayo de 2013

Nota para mis clases en la maestría (uso sólo personal y académico; texto inédito en medios)

Periférico Sur y Colón, una parada de camiones crítica al amanecer

Alrededor de las 07:00 horas, a la salida del Tren Ligero hay decenas de personas esperando al transporte que ya viene lleno, en medio del tráfico y con poca vigilancia de la Policía Vial


GUADALAJARA, JAL (31/MAY/2013).- Imagínese tener que competir con otras 30 personas cada vez que quiere subirse a un camión que ya va lleno. Ése es más o menos el panorama cotidiano de quienes buscan transporte en la primera “hora pico” del día por la parada del camión de Periférico Sur y Colón, a la salida del Tren Ligero.
Cuando apenas sale el sol, el escenario de esta parada de camiones ya es el de una dura y hasta riesgosa competencia. Por Periférico Sur y Colón rumbo a López Mateos cruzan al menos seis rutas distintas del transporte público metropolitano, pero entre 06:30 y 08:00 horas don unidades que ya vienen llenas y siguen su recorrido todavía más atestadas. En la larga banqueta esperan decenas de personas.
El problema es que se trata del Periférico, una vía con tráfico ligero y pesado al mismo tiempo. Y que, aunque la parada oficial está instalada en una lateral de dos carriles y con banqueta que debería ser segura para los peatones, hay tal competencia por subirse a un camión que las personas “persiguen” a los vehículos hasta que se detengan.
Pero, además, para evitar el tráfico, algunos choferes deciden usar los carriles interiores del Periférico para subir pasaje: muchos pasajeros corren y cruzan al camellón intermedio para alcanzar camión, pero tienen que pasar en medio de carros, midibuses y camiones.

Colón, uno de los cruceros más peligrosos del Periférico

Mariano Otero y Obsidiana, el crucero más peligroso (2013)

Periférico y López Mateos es el cruce más peligroso (2011)

Factores que agravan el problema

1. El sitio es la salida del Tren Ligero, para el cual también es hora pico: llega lleno al Periférico Sur y vuelve a irse lleno.
2. El tráfico del Periférico y las avenidas que llegan hasta él produce embotellamientos cotidianos.
3. Aunque hay pasos peatonales instalados, los usuarios sólo los utilizan para cruzar Periférico de un lado a otro.
4. La competencia por el pasaje se da incluso entre camioneros de la misma ruta. Es muy frecuente que los pasajeros suban en doble vía.
5. Hay poca vigilancia de la Secretaría de Movilidad.

Una parada de 50 metros de largo

Un problema extra: son tantas las rutas y tan grande la demanda, que es como si la parada del camión afuera del Tren midiera unos 50 metros, es decir, toda la longitud del Periférico entre el carril Norte-Sur de Avenida Colón y el carril Sur-Norte.
Así, uno puede subirse al camión de cualquier ruta en la entrada de la estación del Tren o correr para alcanzarlo en el puente peatonal que está 50 metros abajo, a la altura del puente peatonal que lleva al centro comercial al otro lado del Periférico.

Nadie hace fila


Desde que los vehículos del transporte público están obligados a circular con las puertas cerradas, los pasajeros saben que el deporte de viajar en camión en esta ciudad tiene un factor extra de dificultad.
En Periférico Sur y Colón, entre 06:30 y 08:00 horas, es difícil conseguir lugar en los camiones que ya llegan llenos. Cuando uno de los vehículos se detiene ya hay unas 30 personas esperándolo.
Nadie hace fila, porque los camiones nunca se detienen en el mismo sitio; los choferes de la 619 y la 380, por ejemplo, intentan pararse más o menos a la misma altura, pero el montón de peatones que va siguiéndolos les impide estacionarse con calma.
Estos gentíos suelen provocar que el camión se detenga a medio carril y que casi bloquee el segundo carril disponible. Esto provoca tráfico lento para los vehículos que vienen detrás, y en muchos casos se trata de más camiones, ya perseguidos por quienes quieren utilizarlos.

Viajar colgados


Las rutas 619 y 380 hacen largos recorridos por el Periférico y suelen llegar ya abarrotadas a la estación del Tren. No obstante, choferes y pasajeros se las ingenian para que quepa más gente. Por la mañana eso significa 50 o 60 pasajeros. A veces más, opinan algunos.
Alrededor de las 06:30 todavía es fácil subir a camiones que, con suerte, llevan uno o dos asientos libres, pero Mario González, empleado de una empresa empacadora ubicada en Periférico Poniente y cliente diario de la 380, dice que, si llega un ratito más tarde, puede estar hasta 20 minutos esperando un camión.
“Pasan todos ya llenos, llenos, y te tienes que aferrar y correr para subirte; y luego, ya adentro, tienes que pasar en medio de los demás para que te dejen bajarte. Ahí sientes todo el calor humano”.
Antes de que se prohibiera viajar con puertas abiertas, era común ver a pasajeros que viajaban colgados de la puerta, “volando” por el Periférico. Hoy eso ya no es posible, aunque los choferes de las unidades más viejas —como ocurre con algunos camiones de Santa Anita y Tlajomulco— suelen olvidarse de esa norma.
Pero lo que sí es común es asomarse a los camiones que arrancan para seguir el camino y ver espaldas aplastadas contra las puertas: los pasajeros viajan compartiendo los escalones de subida y bajada, el espacio junto al chofer, cualquier vacío disponible. Al grito ritual: “¿Ya subieron? ¡Ahí va la puerta!” le sigue el fracaso de algún pasajero que no alcanzó a meterse al camión y debe bajarse para esperar el que sigue. A veces a alguien se le queda la mochila por fuera de la puerta.


Las rutas que cruzan la zona

Las observadas en el lugar

·        619. Oficialmente, tiene ocho derroteros distintos; seis cruzan Periférico Sur y Colón.
·        380 y 380-A.
·        Ruta 1 de Tlajomulco.
·        Ruta 185-Roca.
·        Ruta 186-A, dos vías: López Mateos y El Mirador.


Rutas señaladas en el mapa oficial del Ocoit.

·        623 A-C.
·        709 de Premiere.

Fuente: Observación en la zona; sitio web del Ocoit www.rutasjalisco.gob.mx


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Carlos Enrigue: “Cosas a considerar cuando se viaja en camión”