"Ni madres, seguro que estaba jugando", le contesté a Tonatiuh. Pero no puedo negar que, en esta foto matraca, el señor gran don fantástico y genial Morrissey lleva una playera del Rebaño Sagrado del Guadalajara. A mí, las Chivas me producen una finísima pero duradera y muy definitiva repulsión. Es como mezclar la Nutella con el chamoy. Pero ni modo: el viejo está loco y se le quiere, se le quiere. Hasta esto se lo perdono, tan guapo él.
(Y QUE LO CORRA VERGARA, NO LE AUNQUE)
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