1. Yo vi El paciente inglés con la desesperación de un adolescente enamorado que ya es dueño de sus cheques quincenales. Quiero decir que, después de aquello, fui a sentarme con dos amigos que entonces tenían mi actual edad, en un café baratísimo, y determiné: "He visto algo hermoso". Porque el corazón de un espectador de cine no entiende razones. Prácticamente nunca. Y, unos años después, cuando cierta especie de basta madurez da forma a la razón del espectador, el corazón ya se ha hecho de un incómodo y vivificante hábito: la defensa acendrada de la inmortal capacidad de asombro. Y uno ve más cine y dice: El paciente inglés es una porquería, y el corazón se calla, porque siempre, siempre, se burla en silencio.
Esta mañana se ha muerto Anthony Minghella y no tengo nada que ver con él, salvo porque ha sido un cineasta de mi generación de espectador. Es hora que no veo Cold mountain y no tengo ganas de verla, la mera verdá. Pero El talentoso Mr. Ripley me descubrió con admiración a Matt Damon y a Jude Law junto a Gwyneth Paltrow y Cate Blanchett y Philip Seymour Hoffman. Y un reparto así no se le debe olvidar a nadie. Y no hay manera de apelar: así ha sido ello. Minghella se murió. No nos importa más de lo que nos importa. Acá afuera y allá, con usted, lectora, lector, la vida continúa.
2. La cosa entre Tíbet y China arde. ¿Uno se acuerda del Dalai Lama? Se acuerda, sí...
3. Angela Merkel fue a la Knesset. Las vueltas que da el mundo...
4. ¡Fincher va a dirigir Heavy metal, el remake! ¡Ja!
5. Son, your ego is writing checks your body can't cash.
6. Una serie de compositores de soundtracks de cine se queja de los soundtrack actuales. A saber...
7. Y una lista de los 25 directores de cine más influyentes de la historia. Celebro que esté allí Billy Wilder. No concebiría una lista así sin Godard o Truffaut y están Renoir y Buñuel, guau. Pero, ¿no debería estar William Wyler? ¿No? Ah, ¿no debería?
Bueno...
(ESTOY ENFERMO)
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