A México llegó la crisis gringa. El dólar se volvió loco. El presidente Calderón, a quien hasta los chavitos le gritan de chingaderas en ceremonias públicas (lo cual habla mal de los chavitos, pero peor del presidente), anunció un plan de emergencia de cinco puntos. Todo va a estar patas arriba un tiempo.
Yo tengo un billete de 50 dólares en la cartera, casi no sé por qué; tengo que viajar a Indiana en diciembre, para Navidades; no uso tarjetas de crédito así que la cosa de la deuda me la pellizca. Pero siento un aviso extraño: yo ya he estado en cosas así antes. ¿Remember el arranque de los 80? ¿Remember el error de diciembre, en 1994? ¿Remember el ramalazo de la crisis de los dragones asiáticos?
Dioses de la macroeconomía, hágannosla buena: a este país nomás le falta una crisis económica para acabar de hundirse, caray.
Y no, ¡hombre! Si no queremos que se hunda.
El loquito del Peje tiene también sus ideas. Sensacional: haga agua de frutas en lugar de comprar refrescos.
(AAAAAAAAAAAAAAH!)
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