jueves, 9 de octubre de 2008

Se me olvidaba festejar

El 6 de octubre cumplí 11 años en esta ciudad, Guadalajara, en México. Como siempre, tengo la sospecha de que no llegaré al cumpleaños número 12, que me convertiría en un tapatío por adopción oficialmente. Soy moreliano de nacimiento, manzanillense por adopción (casi estuve allí 12 años, pues), tengo cierta vocación de chilango, aspiro al neoyorquinismo rampante y, en el fondo, estoy tan a gusto siendo tapatío que casi me he olvidado de cómo soy capaz de odiar a esta ciudad.

Pero me gusta, ahora: me gusta mi ciudad. Es mi ciudad. Vivo acá y acá he conocido el odio y el amor y la vida adulta y la vida adolescente y la vida como joven. Vivo acá y acá he estado a punto de morir y he querido vivir, de nuevo. Vivo acá y acá conocí el teatro, que me alimenta y me da esperanzas. Vivo acá y acá vivirían mis hijos si pudiera decidir ahora mismo por ellos (pero no puedo). Vivo acá y disfruto sus cantinas, sus bares, sus antros, sus pubs, sus cafés, varios de sus restaurantes, sus tiendas de tabaco (¡sólo fumo puro!) y muchísimas, muchisísimas de sus calles: calles ridículas y calles magníficas en las que me siento seguro. He abrigado en ella el temor y la inquietud, y he criado en ella la comodidad y la valentía. La odio, como odiamos a quien queremos de compañero (nuestros padres, hermanos, parejas, mascotas y amigos).

Quisiera cumplir 12 años en Guadalajara, el 6 de octubre de 2009. A ver qué ocurre. No lo sé. Nunca lo sé. Ahora mismo sé, como cada año anterior, que huiría gustoso. Todavía siento esa necesidad de huir y huir.

Pero, bueno:

aquí estoy, ¿no?

(¡SALUD, VIEJA LOCA!)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo cumpliré de igual manera 12 años en esta ciudad, exactamente el dia 19 de Noviembre y pues si mucha gente dice que ya soy tapatia, (aunque sea chilanga) y se sorprenden mucho cuando ven mi pulsera de I love DF já que puedo decir la sangre está donde está y a lo que no me acabo de acostumbrar es que a todo le pongan esa salsa maldita de jitomate guanga!!!
Saludos

Minha

Iván González Vega dijo...

¿Sabes que la cosa es que ya me acostumbré a la salsa en cuestión? En Colima la usan también, así que la traigo de antes, digámoslo así. Ya, haberse acostumbrado a la torta ahogada: eso fue mi cesión absoluta: "Sí, carajo, se me hace que voy siendo tapatío". Yo todavía no me acostumbro al odio a lo fuereño: acá, para denostar a los sicarios del crimen organizado, nuestro gobernador borrachazo los insulta así: "No son de Jalisco".