Cuando alguien llega a un programa de radio y empieza ante el micrófono: "Bueno, antes que nada, buenas noches a todos y gracias por la invitación; déjenme platicarles que...", lo califico de idiota y me pongo en guardia. A veces me permito un último matiz: cierto tono de voz puede salvarlo. Pero eso ha ocurrido en uno o dos casos. Si, además, se pone a hablar del "concepto" o de "trascender", automáticamente me merece el calificativo de perfecto pelmazo que merece espantosa y veloz lapidación.
(POR ESO NO ESCUCHO LA RADIO)
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