
La vida es así. El teatro, ése no: el teatro jamás se acaba. El teatro es inmortal. Cuando el mundo se extinga en una chispa de catástrofe y ruina, de gélida crisis o de ardiente sismo, seguirá vivo el teatro.
Porque siempre hay un hombre que está vivo, y un hombre vivo es una esperanza que vale la pena defender.
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