De acuerdo con este señor, que es una riata, cuando yo tenga por ahi de cincuenta o sesenta años veré cómo el Hombre llega a Marte. Llegaré a verlo a la tele (seguirá llamándose así, aunque se parecerá poco a lo que tenemos hoy) en el carro flotante magnético de mi hijo menor; el de en medio llegará tarde porque se le habrán descompuesto las nanobaterías de su mochila voladora.
Sí.
Adoro al viejo.
(¡LA ENERGÍA DE LAS ESTRELLAS!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario