lunes, 10 de septiembre de 2007

Beto Castillo: a que tú podrías explicar esto

Britney dio un show criticadísimo en los premios MTV. Como la pobre chica ha sido una vergüenza los dos últimos años —o tres, ya no me acuerdo; y quizá lo fue toda su vida—, pues no hay quien le disculpe el menor error. Y ayer se le olvidó el playback, bailó con una hueva que ni mis gatas en día domingo, salió en bikini pero todavía está arriba de su peso (con lonjas, ni yo salgo en bikini a ningún sitio). Yo diría que las explicaciones son las siguientes:

1) Estaba fabulosamente nerviosa.
2) Le valió sorbete dar una buena actuación.
3) Le falló algo que en Britney era relevante, que no espectacular ni único: energía.

Y entonces entiendo, oh Beto, lo que dices acerca de proyectar energía en el escenario. Entonces entiendo que no es un chiste, ni una frivolidad de artistas de La Academia, ni un asunto que ofende a los exquisitos porque es superficial y simplón: al escenario se le respeta.

No sé cuántas veces se habrá mezclado a Goethe con Britney Spears, pero lo hago hoy por un desliz de mi libertad de postear: el viejo dejó dicho que le gustaría mucho que el escenario fuera una cuerda floja, para que sólo los verdaderamente audaces pudieran atravesarla.

Ay, Britney: azotaste una vez más.

(CUÁS)

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