martes, 11 de diciembre de 2007

Gris

Nadie te quiere,
Pero te quiero yo.
Persigue, este mundo, brillantes promesas,
contrastes festivos entre unas y otras
fuerzas desbocadas, como inundaciones,
riadas colosales que fueran a hallarse
frente a frente un día.
Resuenas en medio de todas las notas
y siempre hay un árbol, en todos los bosques,
que accede a abrigarte para que el contacto
del sol que se cuela por entre las hojas
te entregue a ti el brillo que te fue negado.
Siempre te he querido,
pues te me pareces:
no eres como nadie,
ni has querido serlo;
siempre estás aparte,
siempre te estás yendo.

(WOW)

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