Vera, Rent, Julia, mi mamá, mi hermana, Fabián y Lucas, Arturo, Juanjo, Strindberg, el miedo, el dilema de la vocación, el dilema de la profesión, Borges, la poesía, Kurosawa, Mifune, James Stewart, Benicio, la poesía de Wylosz, que soy yo, qué soy yo, el frío, pintar mi casa, Ana, qué sensacional hallazgo para devolverle a uno la juventud, Kuma, Óscar, Ale, Ramiro, los musicales, Chalino, Anker, Víctor, Fer, Ivonne, los rizos de Majo, Beto Castillo cómo lo quise tan rápidamente, María, mi primo Marco y el milagro de los permisos que la vida concede, Antonio y Olivia y la sonrisa de Julia y las ballenas de Nata, el Perpetuum, el descubrimiento luminoso de la uva shyraz, Eduardo no te vayas, Josué y millones de maneras de equivocarse cuando uno quiere decir gracias, la voz que no tengo, Paco, Omar, Narda, la admiración de Fátima, los Padrinos Mágicos, Tania, Marcos, los hijos de Tania, el marido de Tania, quién es Marcos, de dónde salió, por qué demonios confía el muy idiota en mí, Woody Allen, más Billy Wilder, más Jack Lemmon, qué falta hace Jack Lemmon en la vida, Casablanca, tócala una vez, Sam, toca As time goes by, Wendy, extrañar a Gil, Wong Kar Wai no nos dejes jamás, Alondra, odiar la hora en que la vida de uno mismo se sale del control de uno mismo, la vida no es nuestra, es de otros, nos la han quitado, nos la quitan a puñitos todos los días y nosotros negociamos esas concesiones a cambio de algunos logros menores, te extraño, Joaquín, te extraño muchísimo y no hallo la forma de disculparme, viva Peyton Manning y viva Joseph Addai y vivan los Potros, ¿yo, fan del futbol americano?, cientos de cucarachas, desear un gato, ni un solo cigarrillo y el asombro porque allí había dos pulmones que servían de algo, la falta de dinero, el dinero de mi madre, otras cosas valiosísimas que a mi madre le sobran y me las entrega a mí, la paciencia de mis compañeros de trabajo, el eterno retorno (a Público), la saliva, la vejez de los huesos, el corte de cabello, el dolor porque no se puede conseguir ya nunca lo que uno quiere, alguien recomendaba tener sueños enormes para no perderlos de vista conforme se los persigue, creo que era Faulkner, mi casa es mía pero no es mía pero es mía, el amor, los celos, las dudas, el miedo, el terror, ir perdiendo amigos poco a poco, el latigazo exquisito del alcoholismo, el regreso a la FIL, Rafa, la música de James Newton Howard y la de Michael Nyman y viva Morrissey, añorar Nueva York, envidiar el Estambul de mi suegra y su pareja, Estambul, yo he de tenerte, yo no soy el dinero que gano, yo no soy el trabajo que tengo, yo no soy el amor que entrego ni el que recibo, yo no soy las charlas que sostengo con nadie, yo no sé qué soy, las noches de Rent, Polanski, wow, Polanski, asumir que vivo en Guadalajara porque ya Guadalajara vive un poquito en mí, las mañanas de Julia, el peso que aplasta de una obra que es una auténtica exigencia a todos mis talentos, Dios, por favor, perdona un poco a Strindberg porque ya le diste sufrimiento suficiente mientras estuvo vivo, mis olvidados libros, mis libros, no poder escribir y perpetrar versitos, declarar las renuncias que no podré asumir, olvidarme de varias personas olvidadas, qué fueron o qué son, la cola entre las patas-el puño sobre la cabeza, la lealtad es quitarle a los otros el frasco de veneno para llevarlo a la boca propia, la lealtad es esgrimir la espada contra aquel que ha insultado a los que amamos, ay, Shakespeare, ay, Shakespeare, ay, Shakespeare, ay, todos los dioses de todos los mundos te bendigan y caigan los dioses que no te amen a ti, ay, el teatro, el escenario exige un sacrificio de sangre tres veces por semana dos meses al año y la sangre debe ser suficiente, y Leo y Jake, y dónde estás, Armando, qué ha sido de ti que ya no eres, y Vera, y Vera, y Vera, y otros que olvido, y Vera, y qué amo y qué quiero y qué deseo y qué sueño y qué persigo y no haber respondido ni una sola de estas preguntas porque siempre falta algo o algo sobra siempre, porque nunca estoy satisfecho ni en paz conmigo mismo, porque no aplaudo nada de mí, porque todo lo lamento, porque debí ser otras cosas y otras personas y otros nombres, pude haberme metido un tiro en la cabeza antes de las 8:40 am de hoy, porque yo debí ser una leyenda del rock como Janis como Morrison como Hendrix como Kurt Cobain, y tengo que dar gracias al único dios que me queda, en el nombre de Borges, de Tolkien, de la música de Mozart, de Tony Leung y Charlie Chaplin, amén.
525,600 minutos que ya no poseo.
525,600 minutos que me marcaron la piel y los dientes y los órganos internos.
Y soy lo que soy, y no sé qué soy.
(Y LOS QUE ME FALTAN! SALUD!)
(Y GRACIAS A TODOS)
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