En Ocio leo, para Capricornio: "Las situaciones pueden estar en contra de lo que se había proyectado", cosa que parece más mi pronóstico para 2007 que para la semana del sábado 5 al viernes 11. Para Acuario: "Las circunstancias exigen actuar con firmeza y poder constante", cosa que confirma que estaré en posición de convertirme en el neurótico cavernícola que fui el año pasado. A los Acuario nos recomiendan "planear antes de actuar, moderarse y no tratar de ir demasiado lejos, ver el futuro con serenidad". A los Capricornio nos advierten que "conviene intentar romper con los patrones de limitación que se hayan asumido".
Pienso para qué demonios me sirven esos pronósticos: ¿hablan de mi vida en el teatro? ¿De mi vida en el periodismo? ¿De la salud de mis peces? ¿De mi relación de pareja? ¿De la inversión térmica que viene este fin de semana? ¿De la falta de cine y de libros que vengo arrastrando desde 2005?
Decido que no hablan de mí. Que no soy Acuario ni soy Capricornio. Decido que los astros no me tienen previsto: en punto a planeta regente, seguro que tengo un pinche meteorito todo simplón por allí.
Ojalá que muy pronto se estrelle contra alguna atmósfera y se vuelva polvito.
Ojalá.
(ME VOY A CASA)
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