Juan Carlos Núñez, un queridísimo amigo, profesor y también compañero de trabajo, ganó esta noche en la elección interna de Público para convertirse en el ombudsman del lector de este diario, un cargo que vale bastante la pena. Un ombudsman del lector debería intervenir con sugerencias de carácter no vinculatorio, pero sí notoriamente influyentes, en la vida diaria de un periódico, de modo que éste y sus empleados funcionen no como si vivieran para sí mismos, sino en constante contacto con los lectores y los intereses de éstos, así como sus demandas concretas. Es una figura ya algo viejita en los periódicos que buscan recursos de control internos para su regulación.
Público ha tenido cuatro defensores del lector y Juan Carlos será el quinto. Aunque yo me muero de ganas de desempeñar el puesto, que Juan Carlos lo ejerza me deja contento y tranquilo: a este diario, como a todos, le hace falta gente inteligente que lo revise todos los días con acuciosa conciencia de las necesidades de los lectores. Felicidades, profe: nunca es tarde para que todos hagamos un mejor periódico.
Ah: lectora despistada, perdido lector: yo trabajo en Público hace casi nueve años, así que por eso me importa el tema. Je.
(YAY!)
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