Me encantaría que existiera la palabra resiliencia. La usaría todo el día, lo juro. Pero no existe, según el diccionario de la RAE, y yo al diccionario de la RAE le tengo un respeto como si de mi mejor matrimonio se tratara. En cambio, aquí, aquí y aquí hablan del término con una libertad que me sonroja.
No hablaré de la resiliencia así como así. No, nunca.
Pero me encantaría decir: "Hoy estoy resiliente". Y cosas por el estilo.
(CREO)
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