Nada de lo que tienes lo has esperado. Todo lo que esperas es de lo que nada tienes.
Y entonces, algunas esperanzas. Destellos promisorios en el horizonte. Y respiras y sonríes para llegar hasta el final con fuerzas.
¿Dónde, llegado el final, quedaron esas fuerzas?
(LO SIENTO. FUE UN MAL DÍA)
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