Mamá, no quiero que hoy vayas al trabajo. Mamá, no quiero que hoy vayas al trabajo. No se trata de estar pegoteados todo el día; no me abraces, no te encimes, no compenses, sólo no quiero que hoy vayas al trabajo.
Mamá, cuando me quedo solo en casa aquí se oyen ruidos raros y unas voces que no sé de dónde vienen. Lo que menos quiero es que te asustes, pero, si un día, al regresar, me encuentras mal, o no me encuentras, en fin: tú sabrás.
Mamá, no quiero que hoy vayas al trabajo. Mamá, no quiero que hoy vayas al trabajo. Pues podemos ver la tele o alquilar unos videos, nos pedimos unas pizzas o nos vamos de paseo, por favor: no quiero que hoy vayas al trabajo.
Mamá, cuando me quedo solo en casa vienen pensamientos raros a mi mente: me torturan pesadillas y esto afectará mi desarrollo. Si termino ladrón o introvertido o algo peor, en fin: tú sabrás. Mamá, no quiero que hoy vayas al trabajo. Mamá, no quiero que hoy vayas al trabajo.
Ya miré por la ventana, vi el tráfico muy lento, llegarás tarde al trabajo y a morir de aburrimiento. ¡No quiero que hoy vayas al trabajo!
(¡POR FIN ESTOY OYENDO BOCA SUCIA DE PESCETTI!)
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