sábado, 13 de diciembre de 2008

Damn, pinchi Sheridan

El remaldito de Guillermo Sheridan (cuyo libro El encarguito, de Trilce, me compré en la FIL, y creo que no compré más porque me llegaron bastantes libros de trabajo que leeré con delectación) (y además, tengo todos los libros de artículos de Sheridan) acaba de ponerle nombre a la parte más sucia de la competencia electoral que comenzó ya, con rumbo a 2012. Qué pinchi vergüenza. Ésta es la liga a su post. Y éste, el artículo constitucional que deberíamos, todos, tener en cuenta.

Artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: La propaganda, bajo cualquier modalidad de comunicación social, que difundan como tales los poderes públicos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social. En ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público.


No sé si don Sheridan ya se leyó esto. Una cosa bien emílica, pues.

Emílico, sabemos, es casi homófona de etílico.

Agh.

Lo que viene es como para que nos cubramos, todos, desde ya, las caras de pura vergüenza. Infamante cuanto dolorosa.

(¡DEMONIOS!)

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