La señora que me atendió hoy en la comida corrida me dijo que si quería tortillitas o bolillo. Le dije que tortillas. Luego me vino a traer las tortillas: "Aquí están sus tortillitas, joven". Y yo: "Gracias por las tortillas". Al rato: "¿Le encargo más tortillas, señora?". Y: "¿Tortillitas? Sírvele más tortillitas al joven, hija", le dijo a la muchacha. Y la chica: "¿Usted pidió más tortillitas?".
Yo veía las pinches tortillas bien grandes.
Odio este rebajamiento del carbohidrato diario a cariñoso tratamiento familiar.
(SU PINCHI MADRECITA, GRACIAS)
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