Oigo la versión de Perú de Hedwig y la pulgada feroz. No me disgusta la traducción del título, que resuelve la métrica del verso (y subraya, ja, la pasada virilidad de Hans): "Six inches forward and five inches back, I got an angry inch" se convierte en "Siete tenía y una quedó, la pulgada feroz". El problema es que por ahí, en medio, cada vez que se repite el verso, alguien grita: "¡Castrada!", lo cual resulta inexplicable y obviamente redundante.
Pese a los problemitas de ejecución que encuentro —podía estar mejor cantada—, es una buena versión. Y me gusta el gran intento que hacen con la dificilísima traducción de Cadáver exquisito:
"¿Qué puedes observar si osas explorar las huellas de mi carne? ¡Un collage! Estoy cortao. ¡Mal collage! Estoy reventao".
La letra intenta subrayar que Hed es una víctima de un complicado despedazadero: le han ido arrancando trozos de sí mismo y otros los ha ido cediendo él, pretendiendo que no los extrañaría luego, y él se ha ocupado de ir injertándose trozos venidos de otros sitios, de otros mundos, de otras personas, para ser quien ha llegado a ser. Todo un rompecabezas, "a montage", como dice más atinadamente la letra original.
Extraño en las traducciones que oí hasta ahora la frase, sin embargo: cadáver exquisito.
¿Cómo es la identidad de alguien hecho a trozos (y cómo son sus búsquedas de identidad, amigos bipolares del planeta)? ¿Construimos todos, así, la imagen de lo que somos: robándole a otros, rogándole a otros, copiando de otros? ¿Jurándoles que los queremos, para tener secciones de ellos a nuestra disposición, para asumir lo que son ellos en nosotros? Hed, sabemos, ha ido haciéndose a sí misma según dio y recibió y quitó y le fue arrebatado amor de parte de otros.
¿A quién se parecerá, esta mujer, este sujeto?
Pienso y sigo pensando.
(LOS REBELDES PERDEDORES SABEN QUE SON LOS MEJORES GIRANDO AL ROCK AND ROLL)
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