Difícil, este año, decantarse por una sola opción. La fotografía en el cine es la G con que se escribe Gramática: su orden narra, ordena y discrimina. De allí que los planotes bonitos de I am Legend me llamen la atención de lo que vi en 2008, pero, plaf, al final se vayan de la lista de nominados que estoy armando: llega un momento en esa cinta que pudo ser clásica y no quiso en que piensas: Ojalá la gente hubiera leído antes el libro. Y sí, Will Smith está muy bien. Pero el exceso, es decir, el innecesario festín de imágenes, produce, obviamente, redundancia.
Y la foto está para sortear las tentaciones de la redundancia: un sencillo plano secuencia como el que termina en la disolvencia de la esferita de nieve, en la primera secuencia de Ciudadano Kane, es mejor estrategia narrativa que dos o tres malabares de premio Nobel de Literatura. ¿Dónde le pones la cámara a Fredo y a Michael cuando, en la noche de Año Nuevo, el hermano menor le revela al más grande: "Sé que fuiste tú"? ¿No es Nosferatu terrorífico principalmente por aquel plano general donde brillan sus ojos, brillan sus colmillos y sus uñas largas destellan bajo la tiniebla de una vela?
Con dolor, en este momento aún tengo 15 grandes ejemplos de buena fotografía. Digo que es difícil decidir. ¡Adiós, Goya's ghosts, The Dark Knight, Be kind rewind, El orfanato! Ante otras más originales y memorables, ¡adiós, My blueberry nights, The Darjeeling limited, y adiós ya por favor que pase algo sí qué ojos tiene Brad Pitt y qué bien actúa el otro chico adiós The assassination of Jesse James by the coward Robert Ford! Con todo dolor, ¡adiós, Before the devil knows you're dead, Away from her, ay, adiós, Slumdog millionaire! ¡Ya se han ido! ¡El mundo es así! Ahora estás, ahora ya no estás.
Cinco candidatas, que son éstas: Atonement, Le scaphandre et le papillion, Lust, caution, Rescue dawn y There will be blood. Y el Ivanes 2008 a Mejor Fotografía de 2008 es para There will be blood.
Don Paul Thomas Anderson le encargó de nuevo a Robert Elswit esta cinta, como hizo con Magnolia y Punch-drunk love, y el resultado es proverbial. ¡Ay, cómo he estado a punto de premiar a Rescue dawn! Pero el trabajo de There will be blood hace inolvidable casi cada secuencia de la cinta: el colosal trabajo de Daniel Day-Lewis, la claustrofóbica y repugnante sensación de nadar en aceite, la tentación del fuego, la seguridad de que uno se perderá en el mundo enorme bajo el cielo, que uno está solo allí, enano pero gigante entre otros enanos, y Dios lo vigila diciendo: "Con este dedito mío podría aplastarte ahora mismo, pero no lo haré, no lo haré". Sí, There will be blood ganó también el Oscar. ¿Y qué? ¿No puede, la Academia, coincidir a veces conmigo?
Permitirme respirar un poco, que la dificultad de esta contienda me ha cansado. Señores: ¡son los Ivanes 2008!
(¡RECUENTO! ¡RECUENTO!)
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