sábado, 4 de abril de 2009

Ana y Mia: un reportaje muy bien hecho

Allí está: viene una andanada nueva de artículos sobre Ana y Mia y las chicas del planeta que conviven con estas muchachas, mientras tanto, seguirán sembrando bulbitos de olorosas malvas como bandera para limitar el terruño privado en el que medran felizmente atormentadas. ¿Alguien se dio cuenta ya que estas niñas no quieren ayuda? ¿Por qué se les olvida que, en un primer nivel, somos todos (los enfermos) iguales a ellas? Véase, si no, el reclamo desesperado de intimidad que queda claramente expreso en esta cita de un blog:

"A veces me obligo a escribir para no dejar que esas pequeñas cosas queden dentro de mí, para no alimentar el monstruo que tengo dentro".


(QUÉ ANTROPOLÓGICAMENTE RIDÍCULOS SOMOS)

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