Susan Boyle (¡post 2,000!)

Me gustan las cosas que hace que la gente común sonría un segundo. Y todos somos la gente común. Cuando Susan Boyle apareció en Internet (quiero decir, en la televisión), sonreí como idiota un rato largo, porque la mujer está ahí para recordar que la tele, Internet, el cine, las tonterías superficiales y ligeras que irritan los intestinos de los grandes hombres serios del planeta, son mucho más significativas y difíciles de olvidar que, bueno, las revoluciones de sus tripas, que ellos atribuyen a la magia incomprensible de sus cerebelos y médulas espinales. No está mal, ser serio de vez en cuando. Pero Susan Boyle canta muy bien y, para ser alguien tan poco agraciada, ha hecho simpáticos los últimos días.

En esta nota del sitio de TV de El Universal está el video de cómo perdió Britain's got talent, cómo encajó la derrota con particular estoicismo y cómo un grupo callejero se llevó las palmas de la noche.

Hoy, su historia puede contarse en quince minutos de YouTube y sobran ocho. Eso es todo: Andy Warhol: no pudiste prever que Internet adelgazaría tus cálculos. Y así, si el resto del planeta se olvida de Susan Boyle, será lógico. Si todos la recuerdan en adelante, será lógico. Yo espero que la señora se haya divertido mucho.

En el sitio también hay un rarísimo: Susan Boyle, con el mismo peinado que hoy, pero en 1984, cantando I don't know how to love him, y otro donde canta The way we were. Se encarga decorosamente de los cinco minutos ante el micrófono, en un bar de karaoke o su equivalente ochentero en Escocia. Mira a la cámara, porque sabe que la están grabando. Debía estar de buen humor. Termina, el conductor de la noche sube a su sitio, y ella hace mutis por la derecha del espectador.





Supongo que la vida es así.

Sonría.

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