miércoles, 27 de mayo de 2009

Votos nulos

La propuesta de anulación de votos ha ido generando interés en varios foros. A mí me preocupa, y mucho, que se convierta en moda: debería ser una preocupación para ciudadanos inteligentes, que se pregunten por qué han permitido que las cosas lleguen al punto de que su máximo gesto de participación política se convierta en una negación de ese gesto. Qué vamos a hacerle al sistema de partidos, si no sólo ya no nos satisface, sino que nos repele: ésa es la cuestión de verdad. Lástima, pero habría que pensarlo mucho, y no cogerlo de banderita cool para hacerse oír en los días de las elecciones: la anulación del voto se gesta todos los días en el ciudadano que piensa en ella.

El director del periódico donde trabajo recuerda que el resultado de los votos nulos sería nulo. Por su lado, Sergio Aguayo Quezada se une a las filas de anuladores (su web es ésta, por si no puede ver el PDF). Y está este grupo, con su bonito sitio en Internet y que ha diseñado un sencillo cuanto claro loguito para ponerse en blogs como Van Zorn y otros que yo conozco, de tipos que escriben mientras rumian su coraje por pasar las tardes en su horrible empleo. Está este otro blog, de explícitas intenciones, y este otro blog, de fines similares.

Yo anularé mi voto. Sí, señor. Pero allí no acabará mi elección. Supongo que ésa es la mínima diferencia que soy capaz de hacer.

Pero la haré.


(X)

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