Ardo de placer al anunciarles que, oh cándido hallazgo, di con una versión en PDF bastante linda de las Confesiones de un comedor de opio, en inglés, de don Thomas de Quincey, libro que atizó mi ansiedad y mi inquietud en los años de la adolescencia, y que ahora lo hace con poder renovado. Léanlo todos los que así lo dispongan.
Y los que no, no me miren así: lean lo que se les antoje, que yo no tendré la culpa.
(QUÉ FEO ESTÁS)
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