Es, o fue porque ya se murió, el animal más longevo del mundo. Sabía cosas que nadie sabe que podían saberse. Tampoco es que supiera mucho, porque era una almeja, se llamaba Ming y, honestamente, no me quedan muchas ganas de haberla conocido.
Hace algún tiempo también se había descubierto al macho más antiguo del mundo. La cosa era curiosa: se confirmó la existencia de un pene viejísimo en el fósil de un crustáceo.
Ajá. Así fue aquello.
Qué hueva de día, caray.
PS
Que la madre ésa está viva, ya leí bien. Igual me sigue valiendo su almeja madre.
(Y DIME, ¿CÓMO ERA EL MUNDO EN ESTA PIEDROTA CUANDO TÚ ERAS CHIQUITA?)
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