martes, 15 de abril de 2008
Avergonzado de tener este gobernador que tenemos
Las acciones de Emilio González Márquez son ofensivas y molestas: por eso me siento tan de acuerdo con el nombre del grupo creado en Facebook, Avergonzados de tener este gobernador que tenemos. El hombre ha mostrado una fabulosa insensibilidad política y diplomática a la hora de atender temas como la contaminación en El Salto (dejemos de lado su pésima reacción ante la muerte del niño Miguel Ángel López), o al resolver cuitas por falta de apoyo a alcaldes de otros partidos (al de El Salto le mandó decir con los reporteros: "Que no mame"). Con la mano en la cintura se burló de quienes se quejaron por la imposición de un viaducto de fin de semana en la avenida López Mateos. Intentó introducir un aumento escandaloso al refrendo y una renovación de placas de automóvil porque, según él, era una forma maravillosa de adquirir recursos fiscales extra (pero clavó el refrendazo: que a nadie se le olvide). "Arriba las manos: esto es un placazo", es una de las consignas más desesperadas e ingeniosas que he escuchado. No hablemos del aumento al transporte público y de su rampante desdén a un referéndum derogatorio, porque hacen que el placazo se vea bien. ¡Y ni quiero acordarme de su postura sobre la obligación del Estado a promover estrategias de prevención del sida! ¡Emilio: has sido casi criminal en el discurso! Ha propiciado la prolongación de estrategias de gobierno a cual más sospechosa: la ausencia de licitaciones de proyectos de obra pública para el estado y los municipios metropolitanos, por ejemplo. Sus pleitos, filtrados a la opinión pública, por el presupuesto por ejemplo, con panistas de la corriente que pertenece al ex gobernador Paco Ramírez (quien mordía más fuerte pero con otros colmillos), hacen pensar si la mejor oposición en este país partidocrático no serán los enemigos internos de cada político, en lugar de la oposición de hecho.
Pero lo peor son las broncas religiosas de Emilio. El donativo al Santuario de los Mártires podría haber tenido decenas de formas, pero la que escogió el gobernador es la más insultante, la más cínica, la más molesta. Le da 90 millones de pesos a un templo católico porque, según indican todas las evidencias, tiene que pagar un favor que le hizo la diócesis local al apoyarlo durante su campaña electoral en 2006. Y cuando se lo critican, salta con gracias como "Esto es lo que se gana uno por andar fomentando el empleo". Ya van 3,166 quejas en la Comisión de Derechos Humanos contra este acto del gobernador: es el funcionario mexicano con más quejas ante un organismo de ese tipo en toda la historia del país. Nadie, pues, ha merecido mayor repudio ante los ombudsman mexicanos.
Uno piensa si Emilio no será el peor panista que ha habido en México. Luego recuerda que el PAN está repleto de gente así, y gente peor. Igual que el PRI. Igual que el PRD. Igual que todos los demás partidos que ahora mismo no puedo recordar cómo se llaman porque ni que sirviera de nada saber sus nombres.
Yo no voté por Emilio, pero el mínimo acto de aceptar que ganó la elección a gobernador me convierte en alguien con un puntito más en el difícil camino a convertirse en ciudadano de una democracia. Él es mi gobernador. Punto. Y me aguanto. Y debería ser un ciudadano con este gobernador. Pero no lo quiero de gobernador: es una vergüenza y una ofensa admitirlo de gobernador. Paco Ramírez era un pésimo gobernante. Emilio, aparte de pésimo, es un cínico que insulta todos los días la inteligencia de los ciudadanos demócratas de este estado. Por eso estoy de acuerdo con aquel nombre del grupo de Facebook: yo también estoy avergonzado de este gobernador que tenemos.
Público-Milenio, en Guadalajara, ha documentado con cuidado las broncas en que se mete Emilio González. Me gusta trabajar en ese diario. Me gusta que otros medios de comunicación de la ciudad se preocupan por hacer énfasis en el impacto que a todos nos produce escuchar a, ver a, convivir con Emilio. Algo está mal aquí, y tiene que ver con él, con nosotros, y con el contexto social que compartimos y hemos creado: eso es lo que estamos entendiendo.
PS
En el grupo en Facebook he encontrado este otro y este otro post en un blog personal de una tapatía, igualmente avergonzada de nuestro gobernador.
(¡EMILIO, BABOSO: NO SEAS TAN GENEROSO!)
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1 comentario:
Muchas gracias por recomendar mis artículos!!! La vdd es que es tanta la indignación que no podemos quedarnos callados!!! Sigamos en la lucha!!!!!
No callemos!!!!! Un saludote!! Ya te agregué a mi Facebook!!!!
Muy buen blog!! :)
elizabethrivero.blogspot.com
bEtH
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