Vivo a media luna desde que empecé a querer, ardo cada noche como flama de quinqué y me siento un extraño en extinción: no me queda más remedio que esperar.
Di que no me amas cuando te he cuidado bien: polvo de tus días fue lo que dejaste ayer. Me desprenderé tu nombre sin llorar: no me queda más remedio que soñar.
Habría que matarme, tendrían que matarme para arrebatarme el blues; mi dolido corazón se refugia en su calor, mi único consuelo de vivir.
(WOW)
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