Al principio fue chistoso. El más reciente video de Dulce Sarahí es simplemente penoso, pero no por ella, que seguramente se metió hasta la sal de la mesa. Escuche usted, puritana lectora, mochito lector, las atinadas observaciones de los periodistas que conducen la difusión de la noticia. Y muérase de la vergüenza.
Qué mierda de televisión tenemos en este país. Dulce: sigue en la peda, mija, y un día nos encontraremos por ahí.
O no. Mejor no.
(¡REPORTERILLOS! ¡TÓMENLA, BABOSOS!)
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