Éste es el sol.
También los fríos días de diciembre tienen sol.
Revienta como una feliz ceguera
Posándose de un golpe en las retinas.
Incendia las iglesias,
Le pone un fuego apacible a las cortinas
Y dora las calladas azoteas.
Una última embestida desde el hielo:
Ateridos, los dedos
Rebuscan en la luz un corto alivio.
Avanza el sol como los capitanes
Cuando, al ganar la guerra,
Se toman un respiro y piensan si no estarán soñando
Y si no es la victoria
La mortuoria y honrosa despedida,
Y despiertan de pronto del ensueño
Y levantan la espada
Y gritan
"¡Victoria!",
sus soldados.
(ABRIMOS OPCIONES DE ASESINATO AL POETITA: DIEZ PESITOS LA BALA, CIEN EL RIFLE. PÁSELE, PÁSELE)
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