martes, 24 de julio de 2007

Acerca del mal de la medianoche

Por cualquier pregunta que los jóvenes enfermos de este mundo pudieran tener: yo no le he inventado el nombre, ni puedo explicarlo para ustedes con detalles, salvo por cómo lo padezco yo solo. Pero, si han de usarlo para algo, y ha de complicar sus vidas, les deseo que al menos no les deje ojeras demasiado pronunciadas, o que aprendan, con bien, a disfrutarlas.

Un saludo y buenas noches. Vera se ha conectado al messenger y nadie me asaltó al salir para llamarla desde un teléfono público.

Allá voy.

(¡HOLA!)

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