jueves, 18 de octubre de 2007

La Adele de Klimt


Yo no entré a la Neue Galerie porque ese día estaba muy cara la entrada y prefería ver el Guggenheim, que valió la pena porque vi el saloncito dedicado a mi querido viejo Jackson Pollock. Ahora me parece que será la cita obligatoria en la siguiente visita a NY, que, si bien me va, será en un verano menos duro. Vean la Adele de Klimt, caray.

("¿TAN CHIQUITA?" ¿DE VERAS QUIERES ENTRAR AQUÍ?)

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