domingo, 4 de mayo de 2008

Asesinato de un niño

Pasa, supongo, al menos una vez todos los días en el mundo. Pero cuán chiflada tiene que estar una mujer para decidir que lo mejor que puede hacer con su hijo de nueve años es asesinarlo, con estupidez y por tanto con violencia singular, es algo que debería inquietarnos a todos. Éste no es un buen mundo. Dado que es el único que tenemos, deberíamos hacer un esfuerzo por diluir un poco nuestra asquerosa, brutal, lamentable conducta animal.

En otras noticias: hoy, además, han sentenciado al responsable de otro reciente asesinato de una niña, el padrastro de la bebé de 21 meses de la que se habla en el texto al que linqueé antes. Se llama, el hombre, Cristo Vega. Ya lo apodan el Anticristo. La nota aparecerá este lunes en Público. Y no tendrá el título que yo pensé, porque lo pensé bien: "Cristo pasará 45 años en la cárcel por matar a su hija".

Cuando ella llegó, discutieron y —según el expediente— la adolescente, quien tenía abrazada a su hija, la dejó caer al piso, sobre un cobertor. Cristo arremetió entonces contra la pequeña: se le echó encima golpeándola con la rodilla, y le lesionó en varias ocasiones en la cabeza con uno de sus zapatos, el cual tenía casquillo de metal en la punta. La joven también golpeó a su niña con los puños, pues le molestó que la pequeña siguiera llorando.


Somos una especie vergonzosa.

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