sábado, 13 de septiembre de 2008

Pero, ¿hubo alguna vez once mil vírgenes... que necesitaran un poco de dinero?


Hay una chica de San Diego, California, que subasta su virginidad para poder pagarse la escuela. Usted se estará preguntando y yo le digo que las ofertas ya van por los 250 mil dólares. Pero quisiera insistir sobre algo: a todas aquellas personas que se preguntaban si la virginidad tenía, aún, algún valor, la respuesta es ésta: ¿cómo define usted "valor"? ¿Con relación a un mercado?

Nunca, como en casos así, puede uno pensar en lo que significa el dinero en nuestras vidas. Yo cursé toda mi universidad sin vender mi virginidad de ninguna manera (en buena medida, porque nadie me la habría comprado). ¿Cometí un error? ¿Debí ponerme a la venta? ¿Levantaré una encuesta entre mis compañeras, a ver cuántas de ellas obtuvieron algún provecho de perder la virginidad? ¿Por qué valuamos y valoramos tanto tal tema?

"Éste es un mundo capitalista. ¿Por qué no puedo vender mi virginidad?".


Busque usted la cosa en Google: hay millones de notas. Yo leí ésta de El Universal y luego me encontré esto en otro blog, donde hablan de la estudiante pionera en estas lides: también 22 años, pero londinense, finalmente se arrepintió del asunto; ya le habían ofrecido diez mil euros. Ese mismo blog reúne otros casos de famosas ventas por fines nobles.

(¿POR QUÉ NO COBRÉ, CARAJO?)

2 comentarios:

Salvador R. dijo...

Esta guapa la chava.

Un tanto fria, digo esto por que en vez de verlo como una experiencia importante en su vida o algo por el estilo prefiere capitalizar esa ¿cualidad? ¿estado? o ¿valor?

He leido opiniones sobre este ausnto donde lo llegan a calificar de prostitucion, yo no creo que sea para tanto, tal vez no midio el impacto que podria tener la peculiar subasta

Iván González Vega dijo...

De repente siento que todos somos conscientes del "enorme poder de los medios" y esas majaderías pero somos muy inconscientes de que nos afectan, de hecho, en nuestra vida cotidiana. Me imagino a la chica diciendo, un buen día, al amanecer y con una coca en la mano: "¿Y si subasto mi primera vez?". Debe haberle parecido un drama, pero gracioso al fin, y se aventó... y lo que no midió es que, además de recibir miles de ofertas, se convertiría en el centro de las discusiones públicas por una semana. Quién sabe. Este mundo de espectáculos es tan chistoso que, en una de ésas, la nota después de la subasta será que la chava ni virgen era.

Odio este mundito chafa. Creo.