La felicidad existe. El problema es que casi nunca nos conviene.
O a veces se instala en la vida de uno, y no la ve y, como semillas que cayeran en tierra árida, se pudre y germina quizá años después.
O a veces llega, y es palpable y visible y uno la vive, todos los días, con dificultades pero con claridad.
En cualquier caso es sorprendente.
Y, en cualquier caso, a todos llega.
No todos, sin embargo, podemos quedarnos con ella.
Creo.
O bueno: no sé.
¿Usted es feliz, lectora, lector?
...
Me lo imaginaba.
(¡MIAAAAAAAU!)
1 comentario:
...
eso mismo.
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