sábado, 31 de enero de 2009

Ivanes 2008: Mejor Película

Ocho candidatas compitieron ardua y duramente por este premio y sólo uno se lo ha quedado. Sí: ya lo decidí. En ejercicio de mis egoístas, monotemáticas y autoabsorbentes capacidades, hoy termino mi trabajo de premiar a lo mejor del cine que yo vi en 2008. He premiado a los dos mejores actores, al guión, a la fotografía y a la música, a actores y trabajos destacados por distintas cualidades a lo largo del año y al mejor director de una cinta que yo vi en 2008. Son premios personalísimos, me incumben a mí sólo: ¿importa mi juicio al mundo, acaso? ¿Le importa a usted, esporádica lectora, accidental lector?

No lo sabemos. Nunca lo sabremos. Usted y yo no nos hablamos. Pero a usted le gusta el cine y a mí me gusta el cine. A usted se le han ido formando, llamémoslos así, gustos personales conforme vio cine, y a mí también. Usted opina que no todas las cintas merecen el mismo respeto ni, todas, el mismo odio; y yo opino igual que usted. Y andan por allí muchos otros que cabrían bajo la misma descripción, igual que usted, igual que yo.

Yo vi 60 películas 60 el año pasado que fueron, bien estrenos, bien cintas estrenadas apenas. Iba a apuntar: "estrenadas en Guadalajara", pero es falso, porque al menos una, Slumdog millionaire, no se ha estrenado en México aún, pero la vi en una pantalla de cine porque el cine es para pantallas de cine es cine el cine en el cine es cine. La enorme mayoría las vi en el cine; otras, la diminuta minoría, las vi en DVD. No puedo no confesar que algunas fueron discos piratas; lo siento. Y algo sé de cine. Sé que un corto que una gordita chistosa anda presumiendo por estos días en el Youtube sirve pa pura fregada, por ejemplo (je, lo siento). Sé que me gustan películas que no le importan a nadie y que desprecio cintas que todos celebran. Sé que más de un conocido, decidido a darme un voto de confianza, se ha decepcionado de sí mismo y de mí cuando fue a ver una cinta que le recomendé; y sé que otros, sorprendidos al grado del telefonazo por la madrugada para dar las gracias gracias no manches qué buena onda, han hallado en mí al juez amistoso que requerían para terminar de orientar sus nortes en la tan espinosa decisión que enfrenta un ser humano de la clase media regular por lo menos una vez al mes y que podría describirse con esta tan límpida pero terrible oración: "Y ahora, ¿qué película veo?".

Los Ivanes. No se me olvida: los Ivanes.

Tuve ocho candidatas, ente 60 cintas vistas este año. Before the devil knows you’re dead, de Sidney Lumet, premio Ivanes 2008 a Mejor Guión; No country for old men, de Ethan y Joel Coen, con el inolvidable Anton Chigurh de Javier Bardem reconocido con un Ivanes de Plata; There will be blood, de Paul Thomas Anderson, con Daniel Day-Lewis premiado como Mejor Actor y el premio a la Mejor Fotografía también; la brasileña Tropa de Elite, de José Padilha, premiada con el Ivanes Olímpicos; Lust, caution, de Ang Lee, con el Ivanes 2008 a Mejor Música; Wall-E, de Andrew Stanton, maravillosa casi en cualquier término; Le scaphandre et le papillon, de Julian Schnabel, quien recibió el Ivanes 2008 a Mejor Director; y Slumdog millionaire, de Danny Boyle y Loveleen Tandan.

¿Difícil, la lista? Sí: dificilísima. Me encanta la idea de haber visto tanto buen cine, comercial y no comercial.

Pero he aquí la verdad: el Ivanes 2008 para Mejor Película es para Slumdog Millionaire.


No hay mucho que decir: ésta es una película de alegría. Una película feliz. Es la historia de dos personas que debían estar juntas pero el destino ha querido separarlas... y una historia, pues, sobre el destino. ¿Vale la pena hacer cine sobre el tipo de historias que todos podemos contar? ¡Sí! ¡Éste es el tipo de historias que valen la pena en el cine! El cine sirve para que nos identifiquemos en él, vulgares pero universales, extraordinarios y únicos pero iguales a todos los demás no porque sirva de algo ser iguales a otros, sino porque, en las alegrías y los dolores de otros, podemos encontrar esperanzas para los nuestros. Danny Boyle y Loveleen Tandan han filmado una comedia brillante maravillosa: una cinta que importa menos por su música, por su edición, por las decisiones narrativas en su guión, por sus actuaciones, por su fotografía, por su diseño sonoro, por su diseño de arte, por su producción... etcétera: que importa menos por todo eso, digo, que por el conjunto. Es decir: entregan al mundo una obra de cine singular. Que importa por ser cine, no por el talento que exhiba alguno solo de sus componentes. Una película entera: una obra de esas que se ven sólo a veces. ¡Y feliz! Alegre y ridícula, predecible pero sensacional: cuando usted, lectora, lector, vaya a ver Slumdog millionaire, sentirá que se sumerge en ella como se ha dejado ahogar por otras historias que ya escuchó antes... ¡y querrá que se la cuenten de nuevo!

Pienso, de repente: qué imposible habría sido predecir que Danny Boyle, después de Shallow grave, Trainspotting, The beach, 28 days later, Millionaires, Sunshine, iba a filmar Slumdog millionaire. Hay que suponer que estaba escrito.

Aplauda, lectora, lector, Slumdog millionaire. Da igual si la premia alguien más que los Ivanes (los Oscar, por ejemplo). Da igual si le gusta menos que otras cintas. Vaya a verla, nomás se estrene donde vive usted, y déjese llevar. Déjese llevar. Compruebe que a veces el destino tiene más que decir en el mundo que otras cosas. Compruebe que a veces uno desea pensar, uno desea tener fe en que el destino es incalculable, imposible de estimar, impredecible: ¿seré, yo también, al final, feliz? Si ellos son felices, ¿podremos todos, igualmente, ser felices?

Vea Slumdog millionaire. No se fíe de los Ivanes: ódiela usted después, si eso le cuadra. Pero déjese llevar, de veras. Piense una vez más en el amor como piensa en él un adolescente. Y abra los ojos al cine, que es una maravilla superior a sus ojos tan superiores al cine. Deje, ya, este pedante post, y váyase al cine, o prepárese para hacerlo dentro de un ratito.

Gracias por andar por aquí, querida lectora, querido lector.

Disfrute los Ivanes.

Salud.

Que usted y yo nos encontráramos aquí, ja, ja, estaba escrito.

(D: IT IS WRITTEN)

No hay comentarios: