lunes, 31 de marzo de 2008

Madonna: deje en paz Casablanca

Adoro a Madonna. O, mejor dicho: la estimo sinceramente, le perdono las numerosas tonterías en que se mete y le celebro los dos o tres éxitos a que nos tiene habituados por año. Me parece una gran empresaria de sí misma y una chica que ha conseguido lo que ha querido conseguir. Y eso está bien. Así deberíamos deber ser todos.

Pero la señora quiere hacer el remake de Casablanca. Y ella quiere hacer el papel de Ingrid Bergman.

El Daily Mail reproduce la noticia y pone un divertido montaje con Madonna y Guy Ritchie en lugar de los rostros de la Bergman y de Humphrey Bogart. No me hace gracia. Acá abajo pongo a los dos de verdad. Mírenlos:


¿No son sensacionales? Don Bogart tiene una cara de odioso mercenario del sufrimiento humano, pero todos querríamos su amistad, serle leales y habernos tomado un trago con él. La belleza de Ingrid Bergman es clásica, elegante, sofisticada, tierna como Blancanieves pero atractiva como Marilyn Monroe. Mujeres como ella ya no hay. Y si las hay, son poquísimas. Y ellas sí deberían aparecer en un eventual remake de Casablanca.

Vea usted a Ingrid Bergman de nuevo, más detenidamente:


Ahora vea usted a Madonna; tómese su tiempo, si gusta:

Madonna cumplirá 50 años este 16 de agosto. Se conserva magníficamente. Es una bomba en los escenarios y todos queremos saltar en astillas y brasitas junto con ella. Es cool y podría gobernar un estado mejor que Arnold Schwarzenegger.

Pero, señora: no sea usted boba. No está usted para un rol como el de Casablanca. Ya es usted mayor de lo necesario: la huidiza, inestable, equivocada Ilsa Lund poseía una cualidad que explicaba buena parte de sus metidas de pata: era desesperantemente joven. Ya no lo es usted, señora Madonna, aunque ya quisiera 90 por ciento de las mujeres de su edad llegar a tal situación en el estado de usted. Pero no es Ilsa Lund.

¿Quién escogería yo? Scarlett es la elección natural, pero preferiría a Natalie Portman. Ayer vi un pedacito de V for Vendetta y recuerdo el increíble performance de Goya's ghosts. Aun me parece que la casteada podría ser un poco mayor.


Pero. Pero. ¿Y si dejamos en paz Casablanca? ¿Y no hacemos nunca un remake? ¿Y vemos, repetidamente, con fascinación por Rick e Ilsa (y por el monstruo que era Peter Lorre, y por el enorme y fantástico Claude Rains, y por el pobre Paul Henreid que era mejor actor que el batidillo de semigalanes que hay hoy en Hollywood), la película original y la admiramos hasta la veneración?

¿Y si dejamos en paz Casablanca, querida señora Madonna?

¿Eh?

(I NEVER MAKE PLANS THAT FAR AHEAD...)

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