miércoles, 9 de abril de 2008

(A veces hasta sospecho que) El futbol también puede ser bonito

Esta foto no es del partido del cual hablo
Minuto 81. Yo estoy comprando un café; me urgía. Pago, recojo mis tartinas de piña y escucho un "goooool" del comentarista argentino de ESPN. Arsenal y Liverpool van 2-2. Está muy bien, pienso. Sé que son dos equipos importantes pero no tengo la menor idea ni quiero tenerla acerca de los detalles: su historia, sus fans, sus jugadores relevantes, sus triunfos gloriosos. El futbol me importa un carajo. El soccer me importa un carajo. Lo llamo soccer porque no me importa. Prefiero el futbol americano y eso, desde hace cuatro años para acá, porque antes ni me imaginaba sentado frente a unos tipos disputándose una pelota con forma de huevo de polos picudos. El grito del comentarista argentino en la tele es impostado y mamón: "Gooooool". Bueno.

Cojo el café, me quemo un poco, lo dejo en el mostrador y escucho que marcan un penal a favor del Liverpool. Un jugador negro se burla de la decisión del árbitro pero es obvio que en sus entrañas está por explotar la cólera contra sí mismo. Qué lástima y qué coraje. ¿Lo sacan de la cancha? No sé. El capitán del Liverpool avanza hasta la zona de tiro: es un tipo joven y bien parecido pero una expresión de pánico empieza a asomársele en el entrecejo y, sí, por un par de segundos le descompone el rostro. Es un partido de cuartos de final: debe ser emocionante hasta la parálisis saberse con el triunfo en la mano. En la pierna. Cobra con un tiro que juzgo más bien simplón, pero la realidad demuestra en un instante algunas cosas: a) sé nada de las exigencias técnicas que comporta un cobro de penal; b) once pasos son larguísimos y sólo la bola más veloz los libra; c) los comentaristas argentinos se emocionan con sinceridad. Steve Gerrard, el hombre de la banda amarilla en el brazo, ha mudado su contrito gesto: se está muriendo de risa. Se ríe. Y corre como hacen los futbolistas, en esa ridícula explosión de movilidad que padecen cuando anotan un gol y ni quién se atreva a pararlos: ver a un hombre así de feliz en la televisión, por algo que le ha costado trabajo de verdad, que él podrá considerar un triunfo extraordinario y memorable, lo pone feliz también a uno.

Vengo al diario y consulto a Nacho si el partido es en vivo. Me dice que no, que ha sido ayer. Que el Liverpool metió aun otro gol más. Y gracias a él descubro que he confundido al Arsenal con el Liverpool y escribo, corrigiéndolo, este post. Y pienso si es mejor escribir y emocionarse al escribir que haberse emocionado.

A veces es mejor meter un gol que escribir nada.

Supongo.

La foto que he posteado es de un partido del año pasado, contra el Fulham. Sorprendentemente, la pose que veo en ella de Gerrard es muy parecida a la del partido que reseño.

(SHIT: EL VILLORO QUE VIENE?)

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