De mi novia, en concreto, pero, ¿cómo admitir que lo misterioso son los iPod, y no su música, ni uno mismo?
Oooh.
1. Save me, de Aimeé Mann. ¿Ha visto usted alguna película ideada, imaginada, escrita, producida y filmada a homenaje de la música de alguien nada más? Lástima no encontrar en Youtube la escena final con la maravillosa sonrisa de Claudia. Vea Magnolia, desamparada lectora, desorientado lector: es una de las mejores películas de la naturaleza.
2. Rhinoceros, de Smashing Pumpkins. ¿Se puede sostener una conversación con uno mismo con esta canción de fondo?
3. Y finalmente, Foundations de Kate Nash. Porque, después de semanas pensando en lo espantosamente molesta que me resulta, he decidido admitir que me gusta. Sí. Y qué.
(GROAR)
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