Supongo que, como pasará conmigo (pero guardando las distancias) (y las dimensiones) (y las diferencias) (está bien: no pasará así conmigo), llegará el día en que no podamos esperar más de Polanski, porque el viejo Roman se habrá muerto. Lo mismo pasará con todos los grandes y todos los pequeños: desde Woody Allen hasta M. Night Shyamalan, desde Michael Chabon hasta Philip Roth, desde Julio Iglesias hasta Eminem. Sucede que he recordado que me faltan dos películas por ver de Roman Polanski, quien, entre el año pasado y éste, se convirtió en uno de mis directores favoritos. Cómo me gusta su cine. No todo, pero cómo me gusta lo que me gusta. Y jamás actualicé una lista previa de este blog, así que lo hago ahora, incluyendo Cul-de-sac, que vi hace poco.
La cosa queda así:
1. El bebé de Rosemary
2. Cul-de-sac (ajá!)
3. La tragedia de Macbeth
4. El pianista
5. El inquilino
6. Repulsión
7. Chinatown
8. La muerte y la doncella
9. El cuchillo en el agua
10. Frantic
11. Tess
12. Oliver Twist
13. Luna amarga
14. La novena puerta
15. La danza de los vampiros, o: Usted disculpe, pero sus dientes están en mi cuello
Y entonces lo descubro: ¡es injusto! Estas listas son tontas e irrelevantes (pero me divierten, je) porque volvería a ver Los vampiros... aunque la encontrara sosa, porque me gusta el cine de Polanski.
Así que todo está bien.
Y en este mundo tan decepcionante, es de aplaudirse cuando algo, por mínimo que sea, está bien.
Y está bien.
(JA!)
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