lunes, 11 de febrero de 2008

Conjeturas lingüísticas

¿La palabra "aventar" tiene algo que ver con la palabra "aventura"? El buen diccionario de la RAE dice que aventar viene de viento, lo cual tiene que ser una de las oraciones más asombrosamente bellas que se han escrito en este blog ("aventar viene de viento"), mientras que aventura viene de adventūra que viene de advenire que es latín que es "llegar a suceder". Aventura merece la telenovelesca acepción de affaire: relación amorosa ocasional. Aventar, en El Salvador, es "tener relación sexual con una mujer". De donde: quien se avienta, se lanza, pero no necesariamente se aventura. Aventarse es echarse aire o lanzarse al aire o ser aire. Aventurarse es aventarse a la aventura. Y podríamos seguir toda la noche, si no admitiéramos que la única buena oración de este post es una que vino (advino) por buena fortuna y por casualidad, por aventura: aventar viene de viento. Lo dejo ahí y casi me voy a dormir.

Buena noche.

(AVENTAR VIENE DE VIENTO)

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