jueves, 14 de febrero de 2008

Nuevos dinos, y cuánta vida por descubrir

Son tan bonitos que uno supone que habría sido delicioso encontrárselos por la mañana, echados para tomar el sol en una jardinera del centro de la ciudad
El Mundo trae la nota acerca de dos nuevos dinos, con nombres preciosos: Kryptops palaios, que significa "nueva cara escondida", y Eocarcharia dinops, que es algo así como "tiburón de ojos terribles" (¿"dinops" viene de deinos, que es la raíz de "dino" en "dinosaurio"?). Lo de la elegante nomenclatura es un hallazgo. Es como cuando te pones el nick "cruel y poderoso tigre de bengala hambriento de carne y de sangre". No se hagan: ustedes también han usado algo similar.

Buscando las imágenes para este post, que no fueran sólo las del diario (pero ir a verlas, caray, con confianza), me encontré un blog tremendamente simpático, en portugués, cuya sección favorita parece ser la llamada Cuánta vida por descubrir. Y comparto su afición por esta sentencia: cada nota sobre nuevas especies identificadas refresca el planeta. Nos obliga, a todos, a mirarnos desde más lejos, desde más arriba, para afirmar, repletos de humildad, que no somos sino una pieza ridículamente poco relevante, y sí excesivamente molesta, del engranaje de la salud de este bonito, apenado planeta.

En mi pedantería habitual, no puedo sino celebrar la idea "repletos de humildad".

La verdad es que a veces me odio tanto que entiendo a mis enemigos y creo que mis amigos son medio bobitos.

Pero así somos, qué hacer.

(ANTIECOLOGISTAS DEL MUNDO, IROS AL CUERNO)

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