Run, run, run, to the cities of the future.
Cuando descubres que la música de los adolescentes no te gusta, tienes un serio problema y mereces el repudio universal.
Cuando, después de eso, descubres que no puedes dejar de oírla,
bueno,
el universo se ríe de ti.
Y entonces ves que tu amargado corazón detecta una esperanza:
las risas te hacen feliz.
Todavía te hacen feliz.
(MALOS NO SON, PERO SÍ ALGO SIMPLES, ¿NO?)
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