2008 es el Año Internacional de los Anfibios. Como esto le importa un comino a 99 por ciento de la población humana del planeta, me propongo atormentar a cualquiera entre a este blog recordándole, cada tanto, que este año es obligatorio querer a un anfibio. Puede ser un sapo, una rana, una salamandra, un mexicanísimo ajolote o su jefe en el trabajo. Da igual. El caso es comprobar que sobrevive tanto en el agua como en la tierra, con branquias y pulmones o aparatos mixtos. El problema de todo el asunto es que los anfibios están seriamente amenazados por un proceso algo cruel de extinción, atribuible a cambios geológicos. Se extinguen, se extinguen, y esto es un problema grave para México, por poner un solo caso. Por cierto que acá el festejo está a cargo de la UNAM (aquí hay otra mención del asunto), que es anfibia por donde la veas y a mucha honra. Salten, ambientalistas: estos cambios geológicos son, principalmente, los traídos por el cambio climático.
Si usted tiene un batracio en casa, haga el favor de quererlo y cuidarlo, alimentarlo dedicadamente, atenderle sus caprichitos, remojarlo cada tanto y leerle cuentos donde nadie se sirva ancas de rana para la comida. Y haga todas las cosas buenas para el ambiente que se le antojen: use menos aerosoles, administre su gasto de agua, separe su basura, mate a sus compañeros de trabajo, deje de usar el aire acondicionado del automóvil y desconecte los aparatos eléctricos que no utilice. Esto irá cargando un poco menos la mano al trastornado clima de mierda que padece este mundo nuestro, y quizá un buen día descubrimos que los anfibios no desaparecieron todos, y que sólo se extinguieron los jefes del trabajo, los perredistas, los panistas, los priistas y los reseñistas de películas y de libros que le dicen a la gente que debe opinar lo mismo que ellos.
Si usted es anfibio o anfibia, y lee este post, sepa que respeto sus derechos individuales. ¡No a la extinción de los anfibios! ¡Batracidad o muerte!
(SUSCRIBO TODO LO ESCRITO EN ESTE POST: LOS ANFIBIOS SON CHIDOS)
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