jueves, 13 de marzo de 2008

En este planeta algo marcha muy mal

La escena pudo haberse desarrollado de este modo (los nombres, por supuesto, son opcionales: puede usted ponerles Marilyn y Arthur que nadie va a quejarse):

ÉL: Estoy harto del modo en que te metes en todo lo que hago.
ELLA: Y yo, de que nunca me pones atención.
ÉL: ¡Sal de mi vida!
ELLA: ¡Escúchame, mejor! Tengo cosas importantes que decirte.
ÉL: ¡No! No quiero saber nunca nada más de ti. Vete de casa, por favor. Sal por esa puerta y no vuelvas nunca.
ELLA: Si me escucharas...
ÉL: ¿Te irías, después?
ELLA: ¿Cómo?
ÉL: ¿Me dejarías en paz, abandonarías esta casa, jamás volvería a saber de ti?
ELLA: (llorosa, pero decidida) Lo prometo, pero debes garantizarme que me escucharás hasta que termine de decirte todo lo que debo decirte.
ÉL: Lo juro.
ELLA: No es suficiente que lo jures. Necesito garantías.
ÉL: ¡Garantías! ¡Pero esta mujer está loca! ¡Me va a matar!
ELLA: ¡Garantías, sí, canalla! Ya que voy a abrir mi corazón y a decirte todo lo que yo creo que podría salvarnos, sabiendo que no conseguiré nada, que sólo vaciaré, como una válvula, lo que tu indiferencia me ha obligado a contener... (llora de nuevo) ¡Monstruo! Tú no quieres una pareja: ¡quieres una compañía para unos días! ¡Te hartarías poco después y la despacharías! Pero yo soy una mujer, ¿te enteras? ¡Una mujer que necesita atención!
ÉL: (explota) ¡Entonces ven! ¡Ven y siéntate aquí y yo te escucharé con toda la atención que necesites! ¡Empieza a hablar ya, y pongamos fin a esta farsa!
ELLA: (se sienta) ¿Aquí, me siento?
ÉL: ¡Allí! Y juro ahora por mis muertos y mis hijos que no te dejaré levantarte hasta que hayas terminado.
ELLA: (asustada) ¡Fermín!
ÉL: ¿Ahora qué, Nora?
ELLA: (en pánico) ¡Fermín, que no puedo pararme!
ÉL: ¡No, hasta que termines de hablar!
ELLA: ¡Que no puedo pararme, estúpido! ¡No puedo físicamente!
ÉL: ...
ELLA: ¡Ayúdame!
ÉL: (tira de las manos) No sale...
ELLA: ¡Imbécil! ¡Bestia! ¡Eres el hombre más idiota del planeta, Fermín!
ÉL: (sacando lo mejor de la situación) Bueno, pero, si lo miras bien...
ELLA: (duda unos segundos, pero entiende y accede) Sí, sí... Si lo miras bien...
ÉL: ...
ELLA: ...
ÉL: ¿Te traigo un cigarro?
ELLA: Y un cenicero. Y un refresco, si tienes. Y algo para picar.
ÉL: Quítate los zapatos, que te traigo unas sandalias más cómodas.
ELLA: ¿Pantuflas? ¿No tendrás unas pantuflitas? ¿Y una cobija que te sobre?
ÉL: Mira, que te cerraré la ventana para que no entre aire. ¿Un queso en cuadritos, te parece bien? Y así estamos los dos cómodos, hasta que termines.
ELLA: Ahora termino porque termino.
ÉL: Y yo te escucho todo, ¿está bien?
ELLA: Está bien.
ÉL: (sonrisa cómplice) ¿Sigo siendo el hombre más idiota del planeta?
ELLA: (risa comprensiva) No. No. Pero vas a tener que llegar a un acuerdo con tu vecino.

(Risas de ambos. Él va por la comida y las demás solicitudes. Ella contempla los azulejos y las revistas junto al mueble)

(Telón)


(DIOS)

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